El gobierno de Rusia convocó a la embajadora de Estados Unidos en Moscú, Lynne Tracy, para protestar en defensa por “la creciente implicación” del país norteamericano en la guerra en Ucrania “del lado del régimen de Kiev”.
El Ministerio de Exteriores ruso señaló en un comunicado en su página web que la queja incluye “la entrega de armas a las Fuerzas Armadas de Ucrania” y “la facilitación de información sobre objetivos para ataques contra el Ejército ruso y la infraestructura civil”.
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Estos actos “demuestran claramente las inconsistencias y falsedades en las afirmaciones estadounidenses sobre que el país no es parte del conflicto (...) las armas entregadas a Kiev, así como el personal de servicio, incluidos ciudadanos estadounidenses, son un objetivo legítimo”, advirtió el gobierno.
Moscú denunció además que “la deriva agresiva por parte de Estados Unidos a la hora de profundizar la confrontación con Rusia en todos los campos es contraproducente”, antes de incidir en que para rebajar las tensiones son necesarios “pasos” por parte de Washington, incluida “la retirada de los militares y el equipamiento de Estados Unidos y la OTAN y el fin de las actividades hostiles antirrusas”.
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Por último, volvió a pedir “explicaciones” por las explosiones en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 y pedió a Washington “no interferir en una investigación objetiva para identificar a los responsables”, sentenció.
