MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El combinado nacional se despidió de su viaje a Oceanía con buenas sensaciones y con una sonrisa gracias a un nuevo triunfo ante un rival que no le creó demasiados problemas, pese a contar con la 'ayuda' de la climatología, con la lluvia y un terreno de juego más pesado que perjudicaba al equipo de Jorge Vilda. La victoria aseguró la segunda plaza tras las anfitrionas y sirvió para olvidar un tanto la derrota ante estas del pasado domingo (3-2).
El técnico madrileño continuó con sus probaturas pensando en la Copa del Mundo del próximo verano e hizo debutar a la portera de la Real Sociedad Elene Lete en un once donde la única que repitió respecto a los dos anteriores encuentros, con la vuelta de dos extremos como Salma Paralluelo y Marta Cardona, y con la presencia de Jenni Hermoso más como centrocampista.
Desde el principio, España se hizo con el mando del encuentro y fue la que más peligro llevó al área de Lukasova, que se encontró con trabajo desde el principio. Irene Guerrero y Esther González, por partida doble, gozaron de las primeras buenas ocasiones.
El dominio de la 'Roja' acabó encontrando su premio al filo de la media hora con el 1-0, obra de la delantera del Real Madrid, que empujó a la red una buena asistencia de Sheila García, que recibió un buen pase de Guerrero para superar en la salida a la guardameta y 'regalar' el tanto a su compañera.
El tanto no hizo reaccionar al combinado centroeuropeo, que se mantuvo casi siempre en bloque bajo y que vio como las españoles ampliaban su ventaja antes del descanso con otro tanto de González, que cabeceó a la perfección un gran envío desde la derecha de una destacada Marta Cardona y tras una pared de la aragonesa con Guerrero, muy lúcida en los metros finales.
Tras el descanso, Vilda comenzó a mover el equipo y entre el marcador, la lluvia y el poco ímpetu que tuvo la República Checa provocaron que el duelo fuese decayendo poco a poco. Aún así, España aún tuvo tiempo de cerrar la goleada en el tramo final con un inocente penalti cometido sobre Athenea del Castillo, que la cántabra se encargó de transformar.