LA PAZ, Bolivia (AP) — Agobiado por una caída en los ingresos y en las reservas en dólares, el gobierno de Bolivia busca sacar provecho de la fiebre del oro en la región amazónica para equilibrar las finanzas públicas.
Desde 2021 el oro ocupa el primer lugar de las exportaciones bolivianas ante la caída de los ingresos por la venta de gas y de la minería tradicional. Pero el Estado se beneficia poco de ese auge que está destruyendo la selva tropical por la deforestación y el uso de mercurio, según expertos. De los 2.300 millones de dólares obtenidos en 2021 por las exportaciones de oro el Estado sólo recibió 59 millones de dólares en impuestos. En 2022 el valor de las exportaciones llegó a 2.732 millones, según el Banco Central.
Por ello el Legislativo ha comenzado a debatir una ley que autoriza al Banco Central a comprar oro a precio internacional y el gobierno busca, con otra norma, duplicar al 4,8% el impuesto a la venta de oro.
Si la ley se hubiera aprobado hace un año las reservas internacionales se habrían incrementado en 1.200 millones de dólares, sostuvo el presidente del Banco Central, Edwin Rojas. “Dentro de toda la temática del oro, esta ley para la compra es una pequeña parte que busca reforzar las reservas”, explicó a The Associated Press el jueves.
“No es una medida sacada del sombrero porque estemos desesperados, es una medida preventiva”, justificó el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, y calificó de “recelo excesivo” el rechazo inicial de los mineros.
Los mineros han puesto reparos a la norma. “Hemos acordado un impuesto único a la explotación del oro y eso no toma en cuenta esa ley que no fue consensuada con nosotros. El gobierno pretende pedir certificación ambiental y no detalla mecanismo para la compra del oro”, dijo el presidente de las cooperativas mineras Ramiro Balmaceda.
La falta de empleo y la crisis económica han empujado a miles de personas a vincularse con la explotación de oro en precarias y pequeñas empresas llamadas cooperativas que son gestionadas por los mismos mineros. El 94% del oro es producido por las cooperativas, que causan un grave impacto ambiental incluso en reservas naturales de la Amazonía, según el investigador Alfredo Zaconeta del Centro de Estudios Laborales y Agrarios (CEDLA).
La Relatoría Especial de la ONU para Sustancias Tóxicas llamó la atención al gobierno boliviano por su falta de control sobre el uso de mercurio y el contrabando de este producto a países vecinos donde también está en auge la explotación de oro.
Ante la presión de grupos ambientalistas, las autoridades anunciaron a fines del año pasado un plan de acción para controlar el uso de mercurio siete años después de haber ratificado el Convenio de Minimata, un tratado ambiental internacional sobre las emisiones de este metal.
A pesar de tener una de las tasas de inflación más bajas del continente -3,12% en 2022 respecto del año anterior-, las reservas internacionales de Bolivia se han reducido drásticamente debido sobre todo a la fuerte subvención al precio de los carburantes. El Estado subsidia la mitad del precio de la gasolina y diésel que en gran parte son importados.
“Si no atacas ese agujero negro que son las subvenciones y el déficit público que está en 7,5% del PIB (Producto Interno Bruto), la compra del oro y otras medidas son paliativos”, comentó a AP el profesor de Economía, Gonzalo Chávez.