LONDRES (AP) — El primer ministro británico, Rishi Sunak, viajó a Belfast el martes para vender su acuerdo estrella con la Unión Europea ante su público más difícil: los políticos unionistas que temen que las nuevas reglas comerciales del Brexit estén debilitando la posición de Irlanda del Norte en Reino Unido.
Gran Bretaña y la UE de 27 países anunciaron el lunes que habían alcanzado un acuerdo para resolver una disputa sobre el comercio con Irlanda del Norte que ha complicado sus relaciones desde que Gran Bretaña dejó el bloque en 2020. El acuerdo facilitará los controles de aduanas y otros obstáculos para mercancías que llegan a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña, introducidos después del Brexit para mantener una frontera abierta entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, que es miembro de la UE.
El acuerdo, apodado el “Marco Windsor”, fue celebrado por Londres y Bruselas como un hito. Pero los políticos unionistas británicos en Irlanda del Norte aún no le han dado su bendición. Su apoyo es crucial para restaurar el gobierno semiautónomo norirlandés, que s se derrumbó debido a la disputa comercial y dejó a 1,9 millones de personas sin un gobierno funcional.
Sunak dijo a la BBC que el acuerdo era “un enorme paso hacia delante para la gente de Irlanda del Norte” y que confiaba en que los políticos locales lo apoyaran.
El Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés), que ha gobernado junto a los nacionalistas irlandeses del Sinn Fein dentro de un acuerdo para compartir el poder, abandonaron el pacto hace un año en protesta por las reglas comerciales y se han negado a regresar hasta que las normas se eliminen o reformen de forma considerable. El sistema político norirlandés establece que nacionalistas irlandeses y unionistas británicos comparten el poder y ningún bando puede gobernar sin el otro.
El líder del DUP, Jeffrey Donaldson, dijo el martes que el partido se “tomará un tiempo” para revisar los detalles del acuerdo antes de pronunciarse al respecto.
“Somos personas razonables, pero queremos asegurarnos de que lo que ha dicho el primer ministro se ve reflejado por el acuerdo en sí”, señaló.
Irlanda del Norte es la única parte de Reino Unido que comparte una frontera con un miembro de la UE. Cuando el país dejó el bloque, las dos partes acordaron mantener la frontera irlandesa libre de puestos aduaneros y otros controles porque la frontera abierta es una pieza clave del proceso de paz de Irlanda del Norte.
En lugar de eso, algunos productos pasan controles a su llegada a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña. Eso molestó a los políticos unionistas británicos en Belfast, que afirman que la nueva frontera comercial en el Mar de Irlanda socava la posición de Irlanda del Norte en Reino Unido.
Sunak dijo que el nuevo Marco Windsor “acaba con cualquier idea de una frontera en el Mar de Irlanda” al eliminar los controles a la gran mayoría de productos. También da a los políticos de Irlanda del Norte un mecanismo para apelar las normas comerciales de la UE que afectarían a la región, una importante demanda de los unionistas.
El sector empresarial recibió el acuerdo de forma positiva en su mayor parte, indicando que aliviaría las cargas que enfrentan las empresas y daría acceso a los clientes norirlandeses a productos como salchichas inglesas que se vieron bloqueados por las normas iniciales tras el Brexit.
Algunos políticos partidarios del Brexit de línea dura en el Partido Conservador de Sunak también prestaron un apoyo inesperado al acuerdo. Hay un influyente miembro del partido que aún no ha opinado, el ex primer ministro Boris Johnson, que negoció el acuerdo original de Brexit que Sunak ha reescrito ahora.
El acuerdo también fue elogiado por la Casa Blanca, que dijo estar “agradecida” de que los dos bandos hubieran podido resolver la disputa.
“Creemos que esto ayudará a la prosperidad tanto de la UE como de Gran Bretaña y abrirá toda clases de (...) avenidas para comercio que estaban amenazadas en cierto modo”, dijo el lunes John Kirby, vocero del Consejo de Seguridad Nacional.