QUITO (AP) — Ecuador reanudó el transporte de petróleo de exportación tras superar la emergencia en los dos mayores oleoductos del país causada por una erosión de los suelos que provocó deslizamientos de tierra en las orillas del río Coca en la Amazonía, informó el miércoles la empresa estatal Petroecuador.
En un comunicado la compañía indicó que la noche del martes se inició el bombeo a través del estatal Oleoducto Transecuatoriano tras haberse terminado los trabajos preventivos y de aseguramiento en el sector del puente del río Marker, unos 75 kilómetros al este de la capital.
A través de esa tubería están pasando 13.750 barriles por hora por lo que, en las próximas horas, se espera “reiniciar progresivamente los pozos que fueron apagados en los campos de la Amazonía". Petroecuador aclaró que aún se trabaja en la reparación de los ductos que transportan combustibles procesados.
Añadió que terminada esa obra se iniciará la construcción de un nuevo ducto por una zona donde los deslizamientos no constituyan una amenaza.
La emergencia causada por la destrucción de los oleoductos obligó al gobierno a declarar la “fuerza mayor”, medida que consta en los contratos, a fin de evitar sanciones y multas de los compradores debido al incumplimiento en la entrega del petróleo en los plazos previstos.
Las tuberías afectadas llevan el petróleo desde los principales yacimientos de la Amazonía ecuatoriana hasta las terminales marítimas en el océano Pacífico para su exportación.
El oleoducto estatal tiene 497 kilómetros de extensión, mientras que el oleoducto privado conocido como OCP tiene 485 kilómetros, con una tubería enterrada, cuya capacidad de transporte es de 450.000 barriles diarios. Los dos conductos paralizados movilizan la mayor parte de la producción nacional.
El río Coca registra un proceso de erosión natural regresiva que comenzó en 2020 y que ha provocado desprendimientos de tierra en sus márgenes y hundimientos. Este fenómeno ha causado la destrucción de carreteras, puentes y permanentes daños a los ductos petroleros y centrales de captación de agua para unidades hidroeléctricas, así como a las comunidades aledañas.
La última declaración de emergencia por “fuerza mayor” en el sector petrolífero ocurrió en diciembre de 2021, con la suspensión de las exportaciones de petróleo, debido a una paralización de la producción que duró 20 días mientras se realizaban variantes en el recorrido de las tuberías de los dos oleoductos, afectadas por los deslizamientos de tierra. Las pérdidas ascendieron a 600 millones de dólares.
