MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Según ha explicado a Europa Press la conservadora de carruajes de Patrimonio Nacional, Isabel Rodríguez, esta carroza se ubica entre los años 1670 y 1680, es la más antigua de España y de las más antiguas de Europa, y uno de los ejemplos conservados más antiguos de lo que se conoce como 'grand carrosse', un tipo de carruaje que se impuso desde Francia como paradigma del lujo reservado a los monarcas.
Rodríguez ha explicado que la carroza pertenecía a Mariana de Austria, la segunda esposa de Felipe IV y regente del reino durante la minoría de edad de su hijo Carlos II tras la muerte del rey.
"No se sabe muy bien en qué momento llegó, se supone que fue un regalo. Era muy común que los embajadores o familiares hicieran regalos a los Reyes. Puesto que ella había nacido en Viena, tenía familia en Austria, había relaciones muy intensas entre Castilla y Austria. Es posible que se la hubieran regalado desde allí", ha señalado la conservadora.
Además, ha añadido que dadas las características de construcción también podría ser de Francia o de Flandes. "Francia fue la potencia constructora de carrozas de lujo destinadas a las familias reales y nobles, después se expandió y surgieron muchos fabricantes de carrozas", ha destacado.
UNA CARROZA CON "CALIDAD Y DETALLE"
El exterior de la carroza está fabricada en madera de nogal tallada y teñida de negro. "Imita a la madera de ébano, es exótica y muy apreciada. El color negro es muy intenso", ha destacado.
Asimismo, ha indicado que en esa época había "muchísimo" mueble hecho con la técnica del ebonizado, ya que aunque la madera de ébano era "muy cara" y había maderas de "gran calidad" en Europa, para la talla de la decoración era "muy apropiada". "Crea un efecto que choca porque es muy oscura y tiene muchísimo detalle", ha añadido.
Asimismo, el exterior de la obra presenta una caja cerrada con ventanas acristaladas y una lanza de cuello de cisne que permite que el vehículo gire en ángulo recto, lo que mejora su maniobrabilidad. La suspensión de la caja se realizó mediante unos correones de cuero o sopandas, que tras una restauración realizada entre 1877 y 1879 fueron alterados algunos de estos elementos estructurales, aunque es posible verificar su estado previo a través de fotografías de Jean Laurent.
Además, la pieza contiene una talla de elementos vegetales, máscaras y angelotes, que provienen de la época barroca, y divinidades de la mitología clásica como Cibeles, Apolo y Flora.
"La decoración escultórica tiene mucha calidad y detalle. En la época, que es pleno barroco, hay muchas corrientes, pero es un barroco exuberante, con muchísima decoración vegetal y floral. Están haciendo una mezcla y se debe entender como elementos alegóricos que están hablando de muchas cosas. No solo representan dioses clásicos, si no que, en aquel momento les servía para expresar la cultura que tenían", ha afirmado Rodríguez.
El interior del carruaje está realizado por madera de palosanto, hierro, cuero, vidrio y terciopelo bordado con hilo de plata.
"UNA PIEZA EXCEPCIONAL"
Según ha indicado la conservadora a Europa Press, se considera una "pieza excepcional", ya que es uno de los "raros" ejemplos de carroza ebonizada. "Haber pertenecido a Mariana de Austria es relevante, que la reina tuviera una pieza de tanta calidad y tan lujosa", ha afirmado.
Su presencia en la Galería de Colecciones Reales obedece también a que, en comparación con el reinado de Felipe IV, el reinado de Carlos II contiene menos colecciones, ya que fue un reinado "más breve y no fue un rey coleccionista".
En cuanto a su valor, Rodríguez ha precisado que es un pieza "difícil de valorar, es única e insustituible". Asimismo, ha detallado que se podría valorar en un precio "muy elevado" por su "suntuosidad".
"Es importante tener piezas de este valor porque nos están hablando de las relaciones que tenían entre distintos países, da que pensar del poder que tenían los Reyes. Cuando se hacen este tipo de regalos se quería una influencia u obtener algo. A lo mejor, la reina quería influir en algún tipo de conflicto, había muchos conflictos religiosos y de sucesión. Carlos II era frágil de salud y se veía que moriría joven, estaban viendo quien iba a sucederle porque no tenia descendencia, había muchas presiones para ver quien iba ser el siguiente", ha explicado.