MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
"Somos un país soberano y seguiremos siéndolo", ha zanjado la cuestión de esta manera el presidente mauritano en declaraciones a la BBC. Al mismo tiempo se ha cuidado de valorar las decisiones que han tomado en este sentido sus vecinos de la región. "Esperamos que estas colaboraciones sean efectivas y que si se consiguen los objetivos se haga respetando los Derechos Humanos", ha confiado.
Esta semana, un grupo de expertos de Naciones Unidas ha reclamado una investigación independiente en torno a los supuestos abusos de Derechos Humanos y posibles crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Malí por parte de mercenarios del Grupo Wagner.
La junta militar que gobierna en Malí a raíz del golpe de Estado de agosto de 2020 se ha distanciado desde entonces de Francia, socio tradicional, y se ha acercado a Rusia a través del Grupo Wagner, entre las protestas de Occidente.
Mauritania y Malí, así como el resto del Sahel han experimentado un recrudecimiento de la violencia, tanto yihadista de manos de grupos vinculados a Al Qaeda y a Estado Islámico, como de tipo intercomunitario, lo que ha llevado a Francia y a los países del G5 Sahel --que la junta maliense abandonó en 2022-- a incrementar sus operaciones.