El secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, ha conmocionado al gobierno estadounidense sobre la violencia y el papel de los grupos de la delincuencia organizada en México, después de que fueron baleados e interceptados tras viajar en una camioneta desde Brownsville, Texas.
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Luego de las investigaciones que puso en marcha el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés), en coordinación con las autoridades mexicanas, fueron encontrados en el estado del norte del país: dos de ellos muertos, uno herido y otro con vida.
Al respecto, hasta ahora familiares de las víctimas del crimen organizado revelaron cuál fue el motivo para que los estadounidenses cruzaran a México en el vehículo con placas de Carolina del Norte y todo se debió a un procedimiento estético, es decir, una liposucción que se practicaría una mujer, a quien acompañaron otras tres personas.
Una hermana de una víctima, identificada como Zalandria Brown, explicó a AP que una de las personas secuestradas se sometería a la abdominoplastia en una localidad de la frontera de México y también explicó que se ha mantenido en contacto con autoridades del FBI
“Ver a un miembro de tu familia tirado en la parte trasera de un camioneta y arrastrado, es simplemente increíble”, explicó sobre la situación de su hermano Zindell Brown.
Además, dijo que en varias ocasiones Zindell dijo que no deberían cruzar a territorio mexicano, lo que finalmente hicieron y luego habrían sido confundidos con integrantes de una banda criminal rival, razón por la que habrían sido baleados y secuestrados.
En algunos medios estadounidenses, que han destacado el hecho y la violencia que se vive en México, difundieron los nombres de las personas secuestradas: Latavia McGee, Shaeed Woodard y Eric James Williams.