MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Las plantas de café son sensibles a la variabilidad y el cambio climáticos pero se desconoce el impacto de los riesgos climáticos sincrónicos que se producen en múltiples zonas importantes para la producción de café.
Con el fin de comprender mejor cómo los fenómenos climáticos a gran escala, como El Niño Oscilación del Sur (ENOS), pueden provocar la pérdida simultánea de cosechas de café en varios países, los investigadores liderados por Doug Richardson, de CSIRO Oceans & Atmosphere, en Australia, llevaron a cabo un análisis sistemático de las amenazas climáticas y los fenómenos compuestos en las regiones productoras de café entre 1980 y 2020.
Identificaron 12 riesgos climáticos que amenazan los cultivos de café en los 12 principales países productores, por ejemplo, la superación de la temperatura máxima diaria que pueden tolerar las plantas de café.
Descubrieron que el número de amenazas climáticas y fenómenos compuestos ha aumentado en todas las regiones productoras de café entre 1980 y 2020. Además, el tipo de riesgos ha pasado de condiciones excesivamente frías a excesivamente cálidas. Sin embargo, apuntan que es necesario seguir investigando para saber qué tipo de adaptaciones podrían mitigar las pérdidas de cosechas de café en todo el mundo.
Según los autores, "estos resultados sugieren que El Niño es el principal modo de explicar la variabilidad de los fenómenos climáticos compuestos, tanto a escala mundial como regional. Los riesgos a nivel regional son, por tanto, indicativos de un riesgo sistémico para la producción de café, más que de un riesgo local".
"Al igual que ocurre con otros cultivos, las malas cosechas sincronizadas suponen un riesgo sistémico para el comercio mundial del café --añaden--. Teniendo en cuenta que las proyecciones del cambio climático indican que es probable que se produzca un aumento continuado de las temperaturas en los trópicos, planteamos que la producción de café puede sufrir continuas crisis sistémicas en respuesta a los riesgos climáticos que se agravan espacialmente".
Los autores apuntan que "desde 1980, la producción mundial de café está cada vez más expuesta al riesgo de malas cosechas sincronizadas, que pueden deberse a riesgos climáticos que afectan simultáneamente a varias zonas productoras clave".