El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró el 10 de marzo estado de emergencia en el estado de California para acelerar la asistencia federal por las catastróficas tormentas que llevan azotando la zona desde hace semanas y que proseguirán a lo largo del fin de semana.
La decisión llega a petición del gobernador del estado, Gavin Newsom, quien alertó de que al menos 16 millones de personas se encuentran bajo amenaza de inundaciones, en parte por la nueva tormenta subtropical que está recorriendo esta semana el estado, como por la posibilidad de riadas al descongelarse las toneladas de nieve acumuladas durante la ola de tempestades de febrero.
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Al menos 13 personas fallecieron durante las últimas semanas en el sur del estado, especialmente en las comunidades más remotas en las zonas de las montañas de San Bernardino y San Gabriel, al este de Los Ángeles.
Por todo ello, la Casa Blanca activó esta declaración que se aplicará a los condados de Amador, Butte, El Dorado, Fresno, Humboldt, Imperial, Inyo, Kern, Lake, Los Angeles, Madera, Mariposa, Mendocino, Merced, Mono, Monterey, Napa, Nevada, Placer, Plumas, Sacramento, San Bernardino, San Francisco, San Mateo, San Luis Obispo, Santa Barbara, Santa Clara, Santa Cruz, Sierra, Sonoma, Stanislaus, Tulare, Tuolumne y Yuba.
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La Agencia Federal de Gestión de Emergencias quedará autorizada para “identificar, movilizar y aportar a su discreción equipo y recursos necesarios para aliviar el impacto de la emergencia e impedir una catástrofe” en las zonas mencionadas.
Este sistema tormentoso amenaza en general a 23 estados de todo el país, desde California a Nueva York, pasando por Minessotta o Michigan, hasta una población aproximada de 70 millones de personas bajo alerta por nevadas o lluvias torrenciales de intensidad variable.