GINEBRA (AP) — Una delegación rusa en conversaciones con funcionarios de la ONU señaló el lunes que Moscú está dispuesto a aceptar una extensión del acuerdo de exportación de granos que ha ayudado a reducir los precios de los alimentos en el mundo en medio de la guerra en Ucrania, pero sólo durante 60 días mientras el Kremlin sopesa si le hace cambios al pacto.
Las Naciones Unidas indicaron que “tomaron nota” del anuncio de Rusia y reafirmaron su apoyo al acuerdo firmado en julio, considerándolo “parte de la respuesta global a la crisis más severa de costo de la vida en una generación”.
La ONU y Turquía negociaron el acuerdo entre los países en conflicto que le permite a Ucrania —uno de los mayores proveedores de alimentos a nivel mundial— enviar comida y fertilizantes desde tres de sus puertos en el Mar Negro.
El pacto por 120 días se renovó en noviembre pasado. La extensión expira el sábado y había una nueva extensión por 120 días sobre la mesa.
Ucrania señaló que la propuesta rusa de extenderlo únicamente por 60 días va en contra del acuerdo, aunque la redacción del pacto permite a las partes alterarlo o “modificarlo”, tal como Rusia hizo el lunes.
La respuesta no vinculante de la ONU dejó ver la incapacidad del organismo mundial para forzar a alguna de las partes. Moscú prácticamente puede hacer lo que quiera para cumplir o rechazar el pacto, dejando el tema en el aire para las naciones en vías de desarrollo, las cuales son las más beneficiadas con el acuerdo.
“El secretario general de la ONU ha confirmado que las Naciones Unidas harán todo lo posible para preservar la integridad de la Iniciativa de Cereales del Mar Negro y garantizar su continuidad”, señaló la ONU en un comunicado. Subrayó que el acuerdo ha permitido la exportación de 24 millones de toneladas de granos y la realización de más de 1.600 viajes marítimos a través del Mar Negro, y más de la mitad de esas exportaciones han sido enviadas a naciones en vías de desarrollo.
En Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, enfatizó la necesidad de extender el acuerdo, del que dijo es un “instrumento crucial en un momento crucial”.
Moscú ha expresado su frustración de que un acuerdo paralelo no ha podido abrir por completo la puerta a las exportaciones rusas de cereales y fertilizantes a través del Mar Negro. De todas formas, los cargamentos totales de trigo ruso estuvieron cerca de alcanzar niveles récord en noviembre, diciembre y enero, incrementándose un 24% respecto a los mismos tres meses del año pasado, según el proveedor de datos financieros Refinitiv.
“La conversación sincera y amplia ha confirmado una vez más que, si bien la exportación comercial de productos ucranianos se ha llevado a cabo a un ritmo constante, brindándole ganancias considerables a Kiev, las restricciones a las exportaciones agrícolas de Rusia siguen vigentes”, señaló la delegación rusa en un comunicado.
“Las exenciones a las sanciones para alimentos y fertilizantes que anunciaron Washington, Bruselas y Londres se encuentran prácticamente inactivas”, aseguró.
El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo que el organismo mundial ha estado trabajando para facilitar las exportaciones agrícolas rusas, y resaltó que, si bien los alimentos y fertilizantes de Rusia no han sido sancionados, las compañías privadas han sido cautelosas al momento de lidiar con estos productos y “es por eso que hemos solicitado cartas de conformidad de ciertos gobiernos”.
Como parte del acuerdo, Moscú quiere que el amoniaco ruso comience a circular por un ducto que atraviesa Ucrania hacia puertos en el Mar Negro para su posible exportación. Las autoridades rusas también dicen que las restricciones bancarias y el alto costo de los seguros han afectado sus esperanzas de exportar fertilizantes.
El viceprimer ministro ucraniano Oleksandr Kubrakov alegó que “la postura de Rusia de extender el acuerdo sólo por 60 días contradice al documento”, que contempla una extensión de por lo menos 120 días, y dijo que Kiev aguarda las posturas oficiales de la ONU y Turquía.
Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, y Martin Griffiths, director de la agencia de la ONU para asuntos humanitarios, recibieron a un grupo encabezado por el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Vershinin, en las oficinas de la ONU en Ginebra.
Ucrania y Rusia son provedores globales clave de trigo, cebada, aceite de girasol y otros alimentos a países de África, Medio Oriente y partes de Asia, donde millones de personas carecen de lo suficiente para comer. Moscú también era el mayor exportador de fertilizantes del mundo antes de la guerra.
___ Karl Ritter reportó desde Kiev. Courtney Bonnell, en Londres; Edith M. Lederer, en las Naciones Unidas; y Matthew Lee, en Washington, contribuyeron a este despacho.