MELBOURNE, Australia (AP) — La exdirectora de una escuela femenina judía en Australia fue condenada el lunes por agredir sexualmente a dos alumnas, tras nueve años de batalla legal que ha complicado las relaciones entre Australia y gobiernos israelíes, además de abrir tensiones en la comunidad judía australiana.
Malka Leifer, de 56 años, madre de ocho hijos y nacida en Tel Aviv, fue condenada por 18 cargos, incluida violación, y absuelta de otros nueve, cinco de ellos relacionados con la estudiante de más edad, Nicole Meyer. Las tres exalumnas, Meyer, Dassi Erlich y Elly Sapper, son hermanas.
El juez Mark Gamble había impuesto una orden de secreto que impedía a los medios informar sobre el juicio, que Leifer trató de evitar impugnando su extradición a Australia tras su regreso a Israel en 2008, cuando aparecieron por primera vez las acusaciones en su contra. Su batalla legal en las cortes de Jerusalén desde 2014 terminó en 2021 cuando embarcó en un vuelo hacia Melbourne con grilletes en muñecas y tobillos.
La noticia de la extradición de Leifer fue celebrada en Australia por legisladores y líderes de la comunidad judía.
Leifer se quedó sentada con la cabeza inclinada, mirando al jurado, y no reaccionó cuando se leyeron los veredictos. Las dos exalumnas por cuyos abusos fue condenada, Erlich y Sapper, estaban presentes para escuchar el veredicto. Leifer se había declarado no culpable de las 27 acusaciones.
The Associated Press no suele identificar a las víctimas y supuestas víctimas de agresiones sexuales, pero las hermanas han decidido identificarse en los medios.
La fiscalía acusó a Leifer de agredir a las alumnas entre 2003 y 2007 en la Escuela Adass Israel, un centro ultraortodoxo en Melbourne donde era responsable de religión y más tarde directora, así como en su casa de Melbourne y en campamentos rurales escolares.
El fiscal Justin Lewis dijo al jurado que Leifer tendía a mostrar un interés sexual en las niñas cuando eran alumnas adolescentes en el centro y después esas mismas chicas eran maestras estudiantes. Lewis dijo que Leifer había mantenido relaciones sexuales con ellas y se aprovechó de su vulnerabilidad, su ignorancia en temas sexuales y la posición de autoridad de la que disfrutaba.
El abogado defensor Ian Hill alegó que el largo tiempo pasado entre los supuestos delitos y el juicio, que comenzó en febrero, perjudicaba a la defensa y al jurado. Cuestionó la credibilidad de las hermanas, lo que incluyó acusarlas de decir “mentiras descaradas” en sus declaraciones.
Las hermanas habían tenido una niñez aislada en la comunidad ultraortodoxa judía y no recibieron educación sexual, según se dijo al tribunal. Cuando Leifer llegó a la escuela procedente de Israel en 2001 tenían unos 12, 14 y 16 años.
Lewis dijo que las hermanas habían presentado pruebas explícitas de que no comprendían la naturaleza sexual de lo que hacía Leifer con ellas.
Las hermanas declararon durante dos semanas a puerta cerrada, como indican las normas sobre leyes de delitos sexuales en el estado de Victoria.
Entre los testigos también había personas a las que las hermanas habían hablado del tema.
Erlich dijo haber hablado por primera vez con una trabajadora social en Israel, Chana Rabinowitz, a principios de 2008. Rabinowitz dijo que había preguntado quién la había lastimado, y que la joven respondió “fue la señora Leifer”.
Meyer dijo a la prensa ante la corte que “lo único que queríamos” era un veredicto de culpabilidad.
“Desde que comenzamos esta batalla, desde que hicimos nuestras declaraciones a la policía en 2011, por lo que ella ha luchado durante todos estos años era por no oír la palabra ‘culpable’, y hemos peleado durante muchos años para demostrarlo”, afirmó.