MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Fue un encuentro intenso y con ritmo, donde quizá los de Rubén Baraja merecieron más, pero donde les faltó más acierto en sus numerosas llegadas al área para haber arañado más premio para poner algo de ventaja con el descenso. El empate deja a los 'che' fuera del peligro, pero con los mismos puntos (27) que el decimoctavo, el Espanyol, y el decimonoveno, el Almería, al que rendirá la visita el próximo fin de semana.
Por su parte, el conjunto que entrena Andoni Iraola, pese a que fueron por delante hasta el tramo final, continúa peleado con la victoria y se quedaron sin sumar los tres puntos por séptima jornada consecutiva, lo que les deja octavos, con 37, ya a siete de una sexta plaza de acceso a Europa que se va alejando.
El Valencia pagó demasiado caro su dubitativo inicio. El equipo madrileño no lo dejó pasar y logró ponerse por delante en el marcador a los diez minutos, cuando Santi Comesaña recogió un balón en el área y no tuvo problemas para batir a Mamardashvili.
A partir de ahí, sin embargo, los locales no se pusieron nerviosos sino que tomaron el control de forma decidida, impulsados por un activo Justin Kluivert, que fue el más que peligro llevó durante los 90 minutos. Dentro de las continuas llegadas por ambos lados, el neerlandés tuvo la mejor para igualar, pero su remate tras un centro de Gayà se estrelló en el palo.
El Rayo consiguió aguantar sin desplegarse con mucho éxito hasta el descanso, un periodo que no le permitió rehacerse porque los de Baraja volvieron a salir con más ímpetu, pero volvieron a pecar de la misma falta de acierto en los metros finales.
El Valencia encerró a los de Iraola, que pese a estar sometidos, se defendieron con orden y únicamente vivieron un gran susto con otro remate de Kluivert que se topó con un gran Dimitrievski. Pero el esfuerzo 'che' encontró premio al final con un penalti que el delantero neerlandés anotó con sangre fría en el 82. Los valencianistas no aflojaron, pero fue el Rayo aguantó e incluso metió miedo con un disparo de Salvi que despejó con acierto Mamardashvili para aliviar a la grada.