El próximo 4 de junio, los mexiquenses renovarán su Congreso local y su gobierno estatal; sin embargo, en esta ocasión, dos mujeres optan por convertirse en la próxima gobernadora del Edomex: una de ellas es Delfina Gómez, que por la alianza Juntos Hacemos Historia en el Estado de México, integrada por Morena, PT y PVEM, repite en la carrera por la gubernatura.
Publimetro pudo platicar con la maestra y exsecretaria de Educación Pública federal para conocer más a la mexiquense que busca poner fin a más de un siglo de gobiernos tricolores en el feudo histórico del PRI y uno de los más importantes, electoralmente hablando.
Delfina o maestra, ¿cómo le gusta que la llamen?
— Maestra.
¿Cuántos años ha ejercido como docente?
— En cuestión de magisterio, 30 años de servicio y, dentro de eso, como grupo, más de 12 años; después como directora, en la supervisión, directora en una escuela particular. Hemos tenido la oportunidad de ejercer diferentes cargos.
¿Siempre quiso ser maestra?
— Sí. Es algo que me fascina desde pequeña. Me gustaba mucho poder compartir lo que podía saber hacia mis vecinos, hacia mis compañeros del barrio de San Pedro en el que viví. Ahí nos reuníamos todos los chavitos y compartíamos los juegos y uno era ser maestra.
¿Cómo llega la hija de un albañil y un ama de casa a convertirse en candidata a gobernar uno de los estados más importantes del país?
— Afortunadamente, llego porque considero que la vida me ha dado dos tesoros muy grandes. Uno son mis padres, mi familia, mis hermanos, mi tía, que incidieron mucho en esta formación, con mucho esfuerzo y constancia, de trabajo, la disciplina; compromiso como ser humano, que te permite conseguir objetivos como este.
Y por otro lado, también la constancia. Me la pasé estudiando desde la primaria hasta la maestría. Toda esa constancia, todo ese trabajo, se ve reflejado en esto que estoy viviendo y que es gracias al esfuerzo de una servidora y de toda la gente que me ha rodeado y de los que también he aprendido y formado.
En este trayecto, ¿cómo la marca conocer a Andrés Manuel López Obrador?
— Sí. Fíjate que lo conocí cuando iba a comprar unos libros para la maestría en el centro. Yo iba en el metro y veía a mucha gente, ríos de gente con sus banderas. En aquella época, yo no tenía mucho contacto con la política. Me bajé en Pino Suárez, y cuando llego al Zócalo, escucho a un hombre que me fascinó desde un principio por su discurso de honestidad, por su transparencia, por ese deseo de mejorar las cosas con la ciudadanía. A partir de ahí lo sigo. Ahora la vida me da la oportunidad de tenerlo un poco más cerca y conocerlo un poco más directo.
¿Por qué la quiere tanto Andrés Manuel?
— Yo me imagino que él ha visto que vengo de una situación de mucho esfuerzo, de mucho trabajo y porque soy muy cercana a la gente. Él tiene ese don de ver cuando alguien se preocupa por la gente y le interesa mucho que los servidores públicos atiendan y escuchen a la gente. No cambio. Sigo viviendo en mi misma casa, mis principios y mis valores no cambian. Los cargos pueden ser tan cortos.
Acaba de comentar que se movía en transporte público, uno de los grandes problemas en el Edomex.
— Preocupa mucho. Yo viví eso. Yo, para venir a la UPN en Azcapotzalco, tenía que tomar el camión a las cinco de la mañana, como miles de jóvenes de Texcoco. Del camión tenía que tomar el Metro y de ahí otro camión. Entonces, yo me pongo a pensar en la gente que se tarda dos o tres horas para llegar a su trabajo, a su escuela o cita médica. Es terrible. Yo creo que hay que hacer muchas cosas para eficientar la movilidad.
Encuestas publicadas previo al arranque de la campaña la sitúan hasta con 20 puntos de ventaja para reconstruir el Edomex. ¿Cómo lo haría?
— Lo primero que haría es trabajar día con día para ganarme la confianza y el respeto de los ciudadanos. Es algo que, por las prácticas que se han tenido, se ha perdido. Esto se conseguirá cambiando la forma de tratar a los ciudadanos, con una administración más amigable y en la que los servidores cumplan con su objetivo: servir a la gente.
Por otro lado, el manejo de las finanzas públicas. Lo primero es atender y aplicarlo en los grupos más vulnerables y no tolerar la corrupción, así como escuchar a la gente. Normalmente, uno llega a aplicar, pero no conoce lo que quiere el ciudadano. Las prácticas de administración y de gobernabilidad serían un cambio fundamental.
En este 2024 nos encontramos a dos mujeres candidatas.
— Es una necesidad que teníamos las mujeres de ser más vistas. Las mujeres requieren esa participación con mayor visibilidad y aparte porque ya estamos bien puestas. Decía en una reunión: “Anteriormente, éramos las adelitas, ahora ya vamos a ser las generalas”.
¿De qué se siente orgullosa?
— Uno de los proyectos de los que me sentí muy orgullosa como presidenta municipal en Texcoco fue lograr un apoyo para que los jóvenes pudieran moverse en el transporte. En campaña, un chico me dijo: “Acuérdese de los jóvenes, porque, a veces, no tenemos para el pasaje”. Ahora vemos a esos jóvenes que ya son profesionistas. También pusimos en marcha el antirrábico como centro de bienestar animal donde hay más conciencia.
Tengo entendido que usted sí recoge animales callejeros y además le gustan los gatos.
— Sí. Tengo perros y gatos. Tengo uno de Nicolás Romero, uno de Chalco, tuve otro que me encontré en la carretera en Coatlinchán, de Texcoco, y gatitos.
¿Y cómo impregna en sus políticas este amor a la ciudadanía y a los animales?
— Es algo que me motiva de nuestro presidente. Él dice que cuando amas a tu pueblo, a tu gente, puedes dar mejores resultados. Efectivamente, cuando tienes un amor, no solo ante tus semejantes, sino también hacia el medio ambiente y todo lo que te rodea, te hace ser un funcionario diferente que no solo ve el poder como una manera de ejercer una acción. Tenemos la oportunidad de cambiar la vida de todos.
¿Qué tiene que cambiar en el Edomex para que las mujeres se sientan más seguras?
— Primero, fortalecer la participación a través de la denuncia. Trabajaría mucho para que las mujeres se sientan seguras en denunciar cualquier acto de violencia. Unas prácticas muy interesantes, que se aplican ya en la Ciudad de México, son los senderos seguros y que hacen mucha falta en el Estado porque hay muchos lugares donde no hay esa seguridad.
Por otro lado, necesitamos unos ministerios públicos con mayor confiabilidad en cuanto a prácticas. Una mujer no denuncia porque sabe que es una pérdida de tiempo; en ocasiones, la revictimizan a través de las preguntas y a veces no se resuelve su problema; eso sin contar que a los tres o cuatro días ya sale a la calle la persona que le hizo algún daño.
Aparte, también el transporte seguro, tenemos que trabajar mucho para que las mujeres del Estado de México se sientan seguras.
Como maestra, seguro que ha escuchado algún comentario machista entre los niños o, incluso, cuando el pequeño señala que hay machismo en su casa. Usted, ¿cómo reacciona?
— No debería permitirlo. El pequeño o la pequeña no deben de permitir esas prácticas en su hogar. Hay que explicarle que es incorrecto y por qué lo es. Hoy nos falta eso como sociedad. Ya no tenemos la posibilidad de platicar con ellos, es más fácil ponerlos delante de una pantalla.
Como maestra, cuando te sientas con un niño y le explicas el porqué y le señalas qué puede ser positivo, te lo entienden. Cuando le dices que no debe tirar basura porque se crea un problema en el ambiente y le explicas, el pequeñito luego se lo dice a los adultos. Tenemos que explicar cómo inciden estas acciones machistas en el tiempo, el niño lo entendería.
Tiempo a los niños y a la educación.
— La educación debe volver al humanismo. Un humanismo en el que sientas lo que sienta el otro y que lo que pueda suceder al otro me puede incidir. Nos hemos vuelto muy individualistas.
La educación también es un arma contra la pobreza y la desigualdad.
— La educación puede ser una posibilidad para transformar su realidad. No solo la pobreza económica, también la de valores. La educación no solo te ayuda en conocimiento, sino también en adquirir las habilidades y las actitudes para desarrollar un empleo, siempre con un valor humano.
Yo lo veía con mi papá, cuando llegaba a la casa con las manos llenas de cal y cemento, pero llegaba con cariño. Te ponía una vela y te contaba cuentos de fantasmas.
Y además, la tecnología incide en la educación del siglo XXI; más allá de un pizarrón.
— Ya viene ese gran reto de crear perfiles de egreso educativo que respondan a las necesidades que estamos enfrentando. Prueba de ello fue lo que pasamos en la pandemia con el programa ‘Aprende en Casa’. Así se abrió la posibilidad, y nosotros —como gobierno— debemos facilitar que a las instituciones educativas llegue el internet a todos los planteles, de todos los municipios.
Formar a los maestros para que puedan utilizar las nuevas herramientas orientadas a estas nuevas generaciones, muy distintas a lo que nosotros vivimos. Tenemos que actualizar el sistema educativo.
El bullying siempre ha existido, pero ahora —con las nuevas tecnologías— el cibercoso es otro reto contra el que hay que luchar.
— Es mucha orientación hacia los pequeños en el manejo adecuado de las redes y de la tecnología por parte de maestros y padres de familia. Pero también debe haber unos lineamientos jurídicos sobre el manejo de esas redes, porque dejarlo tan libre puede convertirse en un libertinaje que puede hacer mucho daño a nivel social. Sí debería regularse de manera adecuada sin tener que extralimitarse.
Nosotros, como adultos, tenemos que educar a nuestros pequeños de otra manera en esa base al respeto. Decimos mucho y creo que es cierto que un niño no nace con tantos prejuicios ni con tantas distinciones, somos los adultos los que transmitimos esto; de ahí nuestra gran responsabilidad.
En Morena, principalmente se dirigen a los pobres, pero cuando uno gobierna, lo hace para todas las clases y sectores de la sociedad. ¿Cómo es su relación con los empresarios?
— Es buena y yo creo que algo que nos ha identificado es el interés de que le vaya bien a nuestro Estado de México. Necesitamos todo de todos. Los empresarios contribuyen mucho en la generación de empleos y nos dan servicios.
Nosotros como gobierno tendríamos que facilitar los procesos para que puedan desarrollar los empresarios sus actividades dentro del marco legal adecuado para no afectar al medio ambiente. Hay muy buena relación con ellos porque son importantes al igual que lo son los campesinos, los transportistas, los maestros; en fin, todos.
¿Qué les diría a los jóvenes que quieren abrir un negocio?
— Que no tengan miedo y que se aferren a sus sueños con su proyecto. Los jóvenes no deben tener miedo a emprender.
Hablemos del agua; un problema no solo local que afecta ya y puede afectar en gran medida a los mexiquenses.
— Fíjate que sí es preocupante, de tal suerte que, incluso, [está] dentro de los primeros problemas que sienten los mexiquenses como prioridad. O sea, primero está la seguridad, después la movilidad y, tercero, el agua. Eso quiere decir que ya también nuestros mexiquenses tienen esa preocupación porque lo han vivido.
Ecatepec, por ejemplo, mucho tiempo o muchos días a veces no tienen agua. Todos tenemos que apoyar, lo tenemos que hacer nuestro, porque —de momento— se lo queremos dejar a un tercero, cuando yo, de manera muy práctica, puedo cuidar el agua de mi casa y eso va a ayudar mucho.
Estamos llegando a un punto de alarma, porque llevamos más de 100 años sin atender este problema en el Estado de México. Problemas tan simples como son las fugas, que a veces no las atienden porque es algo que no se ve y no produce —a la mejor— el impacto visual ante la ciudadanía; sin embargo, el 40% de lo que se desperdicia de agua es por fugas, y así como eso tenemos obras que no se han terminado y que pudieran mejorar la cuestión del manejo del agua.