AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) — Fred Ridley, presidente de la junta directiva del Masters, se sentó entre 33 jugadores que han ganado el torneo y que vestían sacos verdes en la cena más exclusiva del mundo del golf.
Fue un momento para festejar a Scottie Scheffler, como el ganador más reciente. Hubo risas, recuerdos e incluso algunas lágrimas.
Así suele ocurrir cada año en el Augusta National.
“Yo no habría sabido que algo fuera de lo normal pasa en el mundo del golf profesional”, dijo Ridley en la víspera de un Masters que será como ningún otro. “Así que pienso y espero que esta semana haga que la gente piense un poco diferente. Algunas cosas cambiarán”.
Hay todo un menú de actividades en el Masters de este año.
Tiger Woods regresa para su 25ta aparición, con esperanzas de que su conocimiento del campo compense la debilidad en sus piernas y le permita ceñirse otra chaqueta verde. Rory McIlroy tendrá otra oportunidad de conquistar el único major que le falta en su colección.
Nadie ha ganado dos ediciones seguidas del Masters desde que Woods lo hizo en 2002. Scheffler, primero del escalafón mundial, parece tener una buena oportunidad.
El parte meteorológico contempla que las condiciones serán adversas durante el fin de semana. Una tormenta de otro tipo ha azotado el golf desde hace 10 meses, cuando surgió la liga LIV y atrajo a 18 jugadores que disputarán el Masters.
Esos golfistas desertaron de la Gira de la PGA y se marcharon a la liga rival, en busca de las riquezas pagadas por sus dueños saudíes.
Algunos señalan que la LIV Golf no es una competencia seria, dado que sus torneos se realizan a sólo 54 hoyos. Fred Couples dijo que Phil Mickelson era uno de los “locos” de la LIV que le dieron la espalda a la gira donde adquirieron fama.
“Todos piensan que ahora apestamos, así que quiero dar un gran torneo”, indicó Harold Varner III, jugador de la LIV que llevaba en su bolsa de palos la leyenda “Golf Saudi”. Varner se incorporó a la liga nueva por el dinero y lo ha reconocido abiertamente.
Pero todas esas diferencias se harán a un lado a partir de este jueves, cuando los jugadores —profesionales y amateur, leales a la PGA o emigrados a la LIV— tendrán algo en común.
“Hablamos de todos estos problemas en el golf, pero estos 88 jugadores están aquí esta semana y todo lo que tienen en la mente es pelear por ese saco verde”, dijo Ridley. “Es un gran símbolo de celebración de este deporte. Y estamos ansiosos de ver quién es el que lo gana el domingo por la tarde”.