MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El jueves de la semana pasada, decenas de manifestantes entraron en la Cámara, de mayoría republicana, para protestar a favor de una mayor regulación en el control de armas, especialmente las automáticas como la utilizada en el asalto a un colegio de Nashville pocos días antes.
Entre los manifestantes se encontraban tres congresistas del Partido Demócrata, sin ser en un principio reconocidos por el resto de congresistas que se encontraban en la Cámara, como reconstruye la cadena estadounidense CNN.
La polémica llegó cuando, días después, congresistas republicanos acusaron a estos tres demócratas de haber participado en la manifestación, mostrando vídeos en los que sí se les puede identificar, e iniciaron un proceso que permite su expulsión si hay una votación con una mayoría de dos tercios, una medida que se ha utilizado tan sólo en dos ocasiones desde 1860.
Una de las votaciones no alcanzó el acuerdo suficiente para expulsar a la congresista Gloria Johnson, que además ha destacado que su expulsión, la de la única congresista blanca de entre los tres acusados, ha sido también la única que no ha salido adelante.
Justin Jones y Justin Pearson no podrán continuar con su labor en el Congreso federal, pero han reafirmado su compromiso con la reforma de la legislación estadounidense en materia de armas.
"Pedimos una prohibición de las armas de asalto y habéis respondido con un asalto a la democracia", ha recriminado Jones en su discurso frente a la cámara antes de la votación.
La Casa Blanca, a través de su portavoz, Karine Jean-Pierre, condenaba esta posible expulsión horas antes de que se produjese la votación: "Que esta votación vaya a tener lugar es alarmante, antidemocrático y sin precedentes. En todo Tenneessee y en todo Estados Unidos, nuestros niños y niñas están pagando el precio de las acciones de los legisladores republicanos que continúan negándose a actuar para crear leyes más duras en materia de armas".
"El presidente (Joe Biden) continuará pidiendo al Congreso que actúe para prohibir las armas de asalto (...), y los oficiales federales deberían hacer lo mimo", ha sentenciado.