VALÈNCIA, 12 (EUROPA PRESS)
Financiado por la Comisión Europea, SWIFT reúne a 13 socios procedentes tanto de centros de investigación y universidades como de organizaciones agrarias y organizaciones no gubernamentales. Representantes de todas estas entidades se dieron cita en la reunión inicial del proyecto, celebrada en la localidad alicantina de Agres.
"El objetivo general es promover la transformación de los sistemas agroalimentarios hacia modelos agroecológicos que fomenten un desarrollo sostenible, equilibrado e inclusivo de las zonas rurales de Europa. Para ello, SWIFT se basará en el despliegue de innovaciones lideradas por mujeres agricultoras que fomenten un cambio de paradigma agrícola, promoviendo la igualdad de género en las zonas rurales desde un enfoque feminista", explica Marta G. Rivera-Ferre, investigadora del CSIC en Ingenio y coordinadora del proyecto.
Sobre la situación de la mujer en la agricultura y los sistemas alimentarios, las entidades socias coinciden en que su papel hoy es vital, si bien sus conocimientos, habilidades, trabajo y liderazgo son a menudo invisibles e infravalorados: "Se trata de un sector con múltiples barreras, tanto socioculturales, como económicas y políticas, que perpetúan la desigualdad de las mujeres e influyen directamente en su desarrollo. Y son estas desigualdades las que el proyecto quiere contribuir a reducir".
En su diagnóstico inicial, SWIFT denuncia un acceso desigual a la tierra y a los recursos productivos, que configuran y limitan la participación de las mujeres en la agricultura, construyendo roles e identidades de género.
LOS ESTEREOTIPOS DESANIMAN A LAS JÓVENES
"Esto provoca, entre otras cosas, una infrarrepresentación de las mujeres en las organizaciones agrarias y que ocupen muy pocos puestos de toma de decisiones. Además, la educación y la formación agrarias actuales refuerzan los estereotipos sobre la agricultura como actividad masculina vinculada a modelos productivos muy intensificados y no animan a las jóvenes a seguir carreras agrícolas", añade la investigadora.
SWIFT pretende luchar también contra desigualdades estructurales de género en la agricultura, que afectan especialmente a trabajadoras agrícolas migradas y las personas productoras del colectivo LGBTIQ+. "Estas formas de discriminación aún no han sido ampliamente documentadas. Sin embargo, constituyen barreras significativas para el cambio transformador en las zonas rurales de Europa", apunta la coordinadora.
En paralelo, el proyecto busca contribuir a la integración de la perspectiva de género en las políticas agrícolas y alimentaria, a partir de una metodología de investigación desde un enfoque feminista, participativo e inclusivo.
El equipo de SWIFT proporcionará herramientas teóricas y prácticas, como presupuestos con perspectiva de género e indicadores feministas de viabilidad de las explotaciones, para permitir un cambio hacia una agricultura más justa, eficaz y diversificada que permita visibilizar otras narrativas que "entienden la alimentación como un derecho humano y no como una mercancía".