ISLAMABAD (AP) — El vocero jefe del Talibán dijo el miércoles que no hay obstáculos para que Naciones Unidas opere en Afganistán, después de que se prohibiera a las mujeres afganas trabajar para el organismo global.
Los gobernantes talibanes del país endurecieron la semana pasada las restricciones que han impuesto sobre las mujeres y dijeron que las empleadas afganas de la misión de Naciones Unidas ya no podrían presentarse a sus puestos. La agencia de inteligencia del país, que reporta a los líderes talibanes en Kandahar, vigila el cumplimiento de la prohibición.
Naciones Unidas dijo que no podía aceptar esa decisión, que calificó de ilegal y de violación incomparable de los derechos de las mujeres. Las mujeres, afirmó, son cruciales para proporcionar ayuda vital a millones de afganos. La organización dio instrucciones a todos sus empleados nacionales, hombres y mujeres, de quedarse en casa.
Zabihullah Mujahid, portavoz jefe del gobierno de liderazgo talibán y miembro del círculo interno del líder supremo, negó que las autoridades tuvieran la culpa de las múltiples crisis en Afganistán.
La decisión de vetar a las mujeres de empleos en la ONU es una cuestión interna y debe ser respetada por todas las partes, dijo Mujahid, que enumeró las demandas de los talibanes a la comunidad internacional.
“Esta decisión no significa que haya discriminación aquí, o que las actividades de Naciones Unidas estén bloqueadas. Al contrario, estamos comprometidos con todos los derechos de todos nuestros compatriotas, teniendo en cuenta sus intereses religiosos y culturales”.
“Considerando la situación de emergencia en Afganistán, es necesario que los países miembros de Naciones Unidas resuelvan el problema de los activos afganos congelados, la banca, la prohibición de los desplazamientos y otras restricciones tan pronto como sea posible para que los afganos puedan progresar en áreas económicas, políticas y de seguridad. Los afganos tienen la capacidad de ponerse en pie por sus propios medios”.
Las agencias humanitarias han proporcionado alimentos, educación y asistencia médica a afganos después de que el Talibán tomara el poder y del colapso económico posterior. Pero la distribución se ha visto muy afectada por un edicto que prohíbe a las mujeres trabajar en organizaciones no gubernamentales, y ahora también en Naciones Unidas.
En respuesta al veto, la jefa de la misión en Afganistán, Roza Otunbayeva, ha “iniciado un periodo de revisión” de sus operaciones hasta el 5 de mayo, según un comunicado de Naciones Unidas.
En ese periodo, la ONU “realizará las consultas necesarias, hará los ajustes operativos requeridos y acelerará los planes de contingencia para todos los posibles resultados”, una insinuación de que podría suspender su misión y su actividad en el país.
La ONU ha advertido que sus operaciones afganas también se ven amenazadas por una grave falta de financiamiento que pone millones de vidas en peligro.
“La canasta de comida ya se ha reducido a la mitad debido a recursos insuficientes. Si no se consigue financiamiento con urgencia, millones de afganos estarán en riesgo de hambruna, enfermedad y muerte”, tuiteó el miércoles la oficina de asuntos humanitarios.
Ningún país ha reconocido al Talibán como el gobierno legítimo de Afganistán, y el puesto del país en Naciones Unidas lo ostenta el expresidente Ashraf Ghani.