MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
En el informe anual de la región que elabora el CICR, ha constatado que, mientras que las causas de la violencia tienen profundas raíces históricas, afectan al día a día de los ciudadanos de formas muy graves, formando un "difícil equilibrio entre lo estructural y lo urgente", en palabras del jefe de la Delegación Regional, Olivier Dubois.
"El dolor de quienes buscan a un ser querido, de las personas que se ven obligadas a abandonar su hogar para salvar su vida y la de su familia, y de las comunidades que no tienen acceso a servicios esenciales es similar al que enfrentan personas en otras partes del mundo afectadas por conflictos armados", ha expresado en un comunicado de la organización.
En concreto, las personas desplazas y migrantes corren un riesgo excepcional de ser victimas de esta violencia armada. "La información recopilada muestra que a lo largo del trayecto están muy expuestas a ser víctimas de accidentes, redes de tráfico de personas, robos, extorsiones, desaparición, y a un menor acceso a servicios humanitarios", detalla el comunicado.
Una de las consecuencias más dramáticas de esta violencia en la región, explica Dubois, son las desapariciones: "El deber de búsqueda, localización e identificación --en el caso de las personas halladas sin vida-- corresponde a las autoridades y son ellas las que deben tomar todas las medidas necesarias para garantizar los derechos de las personas desaparecidas y de sus familias, así como para desarrollar políticas públicas que prevengan y atiendan la problemática".
La organización humanitaria ha destacado que trabaja con las autoridades locales, además de para proporcionar servicios básicos a personas en riesgo, para tratar de buscar soluciones a este problema estructural que sacude toda la región.