MIAMI (AP) — Las autoridades venezolanas han acusado de corrupción a un empresario que a la vez es prófugo de la justicia estadounidense en un caso de lavado de dinero contra un aliado del presidente Nicolás Maduro.
Álvaro Pulido, vestido con overol naranja de presidiario y las manos esposadas, estaba en un grupo de siete funcionarios y empresarios escoltados por un agente de seguridad enmascarado a una audiencia en Caracas, en imágenes distribuidas por el gobierno de Venezuela.
Fueron detenidos como parte de una amplia investigación de corrupción en la petrolera estatal PDVSA enfocada en el pago de grandes sobornos a cambio de jugosos contratos para desplazar buques cisterna de crudo venezolano sancionados por Estados Unidos.
Pulido se destaca entre el medio centenar de presuntos corruptos ya arrestados debido a su relación con el empresario venezolano Alex Saab.
Los dos colombianos eran socios de larga data que ganaron una fortuna con la venta de alimentos y otros artículos al gobierno socialista de Venezuela a lo largo de la década pasada. Fiscales federales en Miami los acusaron en 2019 de apropiarse de 350 millones de dólares de contratos estatales para construir viviendas populares. Saab fue arrestado en 2020 bajo una orden estadounidense cuando se dirigía a Irán.
El arresto de Pulido en Venezuela —objeto de rumores desde hace semanas, pero apenas confirmado ahora— no tiene relación directa con el caso penal en Estados Unidos, pero podría complicar el argumento de Saab de que es un diplomático venezolano con derecho inmunidad en Estados Unidos, comentó John Feeley, un exembajador estadounidense en Panamá con décadas de experiencia en Latinoamérica.
“Con el arresto de Pulido, la defensa de Saab empieza a derrumbarse”, dijo Feeley. “Ahora le resultará difícil alegar estatus diplomático cuando su socio comercial enfrenta acusaciones de corrupción en Caracas”.
No fue posible contactar de momento a un abogado de Pulido, y los abogados de Saab se negaron a hacer declaraciones.
La corrupción es un problema añejo en Venezuela. El país miembro de la OPEP fue el cuarto más corrupto en la lista más reciente de Transparencia Internacional.
Las oportunidades para los sobornos se han multiplicado como resultado de las sanciones estadounidenses, que han ahuyentado a las empresas petroleras más tradicionales, abriendo la puerta a intermediarios turbios que compran el crudo con grandes descuentos y transportan su valiosa carga en buques cisterna llamados fantasma, que se ocultan de los sistemas de rastreo satelital.