NUEVA YORK (AP) — El último telón de la producción de Nueva York de “The Phantom of the Opera” cayó el domingo, poniendo fin al espectáculo de mayor duración de Broadway con fuertes ovaciones de pie, brindis con champaña y confeti dorado y plateado saliendo de su famoso candelabro.
Fue el espectáculo No. 13.981 en el Majestic Theatre y terminó con una repetición de “The Music of the Night” interpretada por el elenco actual, actores previos del espectáculo —entre ellos la estrella original Sarah Brightman— y miembros del equipo en ropa de calle.
Andrew Lloyd Webber subió al escenario al final, con traje y corbata negros y dedicó la presentación final a su hijo, Nick, que falleció el mes pasado tras una prolongada batalla contra el cáncer gástrico y la neumonía. Tenía 43 años.
“Cuando era un niño pequeño, escuchó esta música”, dijo Lloyd Webber. Brightman, tomándolo de la mano, estuvo de acuerdo: “Cuando Andrew la estaba escribiendo, él estaba allí mismo. Así que su hijo está con nosotros. Nick, te queremos mucho”.
El productor Cameron Mackintosh dio a la multitud la esperanza de que volverán a ver el musical, tal vez antes de lo que creen.
“La única pregunta que me hacen una y otra vez: ¿volverá el Fantasma? Después de haber sido productor durante más de 55 años, he visto regresar todos los grandes musicales, y ‘Phantom’ es uno de los más grandes”, dijo. “Así que es sólo cuestión de tiempo”.
El musical, un elemento fijo en Broadway desde su estreno el 26 de enero de 1988, ha resistido recesiones, guerras, actos terroristas y cambios culturales. Pero la pandemia prolongada puede haber sido la gota que colmó el vaso: Es un musical costoso de mantener, con escenarios y vestuario elaborados, así como un gran elenco y orquesta. El final del domingo mostró lo fuera de sintonía que está “Phantom” con el resto de Broadway, pero también lo glorioso que puede ser un musical grande y llamativo.
Basado en una novela de Gaston Leroux, “The Phantom of the Opera” cuenta la historia de un compositor deforme que frecuenta la Ópera de París y se enamora perdidamente de una inocente joven soprano, Christine. Las lujosas canciones de Webber incluyen “Masquerade”, ″Angel of Music” y ″All I Ask of You”.