MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Universidad de Curtin utilizaron capas ricas en hierro formadas en sedimentos antiguos para precisar cuándo se secó una zona en respuesta a cambios climáticos, como la drástica disminución de las aguas subterráneas en el sur de Australia. Publican resultados en 'Geophysical Research Letters'.
Estas "reliquias de la desecación" sugieren que el Nullarbor cambió drásticamente a condiciones secas hace entre 2,4 y 2,7 millones de años, y descubren cómo estos cambios ambientales fueron clave en la formación de la diversa flora y fauna de Australia.
El doctor Maximilian Dröllner, autor principal del estudio y miembro del Grupo de Escalas Temporales de los Sistemas Minerales de la Facultad de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Curtin, afirma que definir el momento en que se produjo el cambio climático en los paisajes antiguos había supuesto todo un reto para los geocientíficos de todo el mundo.
"Casi la mitad de la superficie terrestre del planeta se considera árida y en ella viven unos 3.000 millones de personas --explica el doctor Dröllner--. Los cambios en estas zonas áridas pueden afectar profundamente tanto a nuestra sociedad como a la biodiversidad regional, y la aridificación ha contribuido decisivamente a modelar los paisajes y ecosistemas que vemos hoy".
Determinar cuándo se produjeron los fenómenos climáticos en las zonas áridas ha sido una tarea difícil para los geocientíficos, ya que los investigadores se han basado en observaciones indirectas, como los sedimentos marinos de las zonas vecinas.
El coautor, el profesor asociado Milo Barham, también del Grupo de Escalas Temporales de los Sistemas Minerales de Curtin, señala que medir directamente los productos de la desecación de los paisajes puede proporcionar un marco temporal mucho más claro.
"La cantidad de helio atrapado en estos horizontes ricos en hierro puede servir para determinar cuándo se formaron --apunta el profesor asociado Barham--. Al exponer estas 'reliquias' de la desecación a un láser diminuto se libera helio, que podemos medir para acotar el momento de estas dramáticas respuestas medioambientales a la historia climática de la Tierra".
Determinar cuándo se produjeron estos fenómenos puede ayudar a explicar cómo afectaron a la biodiversidad de la zona y, sobre todo en el caso del sur de Australia, proporciona un marco temporal para la evolución de varias especies autóctonas.
"La desecación del interior de Australia separó a los antepasados comunes de muchas especies que antaño vagaban libremente --subraya Dröllner--. Esta separación condujo a la evolución independiente de estas poblaciones aisladas en las costas este y oeste, dando lugar finalmente a especies distintas o hermanas".
"Hoy observamos muchos ejemplos de especies hermanas de aves, insectos y plantas que tienen antepasados comunes pero que ahora viven a miles de kilómetros de distancia, separadas por barreras ambientales creadas por antiguos cambios climáticos", concluye.