MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El Hubble fue puesto en órbita alrededor de la Tierra el 25 de abril de 1990 por astronautas de la NASA a bordo del transbordador espacial Discovery. Hasta la fecha, el legendario telescopio ha realizado aproximadamente 1,6 millones de observaciones de casi 52.000 objetivos celestes, informa la NASA.
La vista colorida del Hubble de NGC 1333, mostrada a través de su capacidad única para obtener imágenes desde la luz ultravioleta hasta la luz infrarroja cercana, revela un caldero efervescente de gases brillantes y polvo negro agitado y arrastrado por varios cientos de estrellas recién formadas incrustadas dentro de la nube oscura.
El Hubble solo araña la superficie porque la mayor parte de la tormenta de fuego que da a luz a las estrellas está oculta detrás de nubes de polvo fino, esencialmente hollín, que son más gruesas hacia la parte inferior de la imagen. La negrura de la imagen no es un espacio vacío, sino lleno de polvo que oscurece.
Para capturar esta imagen, Hubble miró a través de un velo de polvo en el borde de una nube gigante de hidrógeno molecular frío, la materia prima para fabricar nuevas estrellas y planetas bajo la implacable atracción de la gravedad. La imagen subraya el hecho de que la formación estelar es un proceso desordenado en nuestro bullicioso universo.
Vientos estelares feroces, probablemente de la estrella azul brillante en la parte superior de la imagen, soplan a través de una cortina de polvo. El polvo fino dispersa la luz de las estrellas en longitudes de onda azules.
Más abajo, otra estrella brillante y súper caliente brilla a través de filamentos de polvo oscurecedor, pareciendo el Sol brillando a través de nubes dispersas. Una cadena diagonal de estrellas acompañantes más débiles se ve rojiza porque el polvo está filtrando la luz de las estrellas, lo que permite que pase más luz roja.
La parte inferior de la imagen presenta una mirada de ojo de cerradura en lo profundo de la nebulosa oscura. Hubble captura el resplandor rojizo del hidrógeno ionizado. Parece un final de fuegos artificiales, con varios eventos superpuestos. Esto es causado por chorros delgados como un lápiz que salen disparados de estrellas recién formadas fuera del marco de visión. Estas estrellas están rodeadas por discos circunestelares, que eventualmente pueden producir sistemas planetarios, y poderosos campos magnéticos que dirigen dos haces paralelos de gas caliente hacia el espacio profundo, como un sable de luz doble de películas de ciencia ficción. Esculpen patrones en el capullo de hidrógeno, como trazos de un espectáculo de luces láser. Los chorros son el anuncio del nacimiento de una estrella.
Esta vista ofrece un ejemplo de la época en que nuestro Sol y los planetas se formaron dentro de una nube molecular tan polvorienta, hace 4.600 millones de años.