GLENWOOD, Minnesota, EE.UU. (AP) — Amoroso padre y esposo, heroico veterano militar, desinteresado agente policial y con una risa distintiva, fue como Josh Owen, un policía de Minnesota que murió el día que cumplía 44 años, fue recordado por las miles de personas que asistieron a su funeral un frío y despejado sábado primaveral.
Tirado por cuatro caballos, su ataúd cubierto con una bandera llegó sobre un armón negro en la pequeña ciudad de Glenwood, reportó Minnesota Public Radio News. Una hilera de policías uniformados con color beige del condado Pope hizo un saludo final al lado de rescatistas, miembros del ejército, la esposa de Owen, su hijo de 10 años e incluso su perro policía.
Owen murió baleado y otros dos agentes resultaron heridos el 15 de abril cuando acudieron a una casa en el pueblo de Cyrus después de recibir un reporte de violencia doméstica. El agresor fue abatido.
Owen sirvió en la Guardia Nacional del Ejército y fue enviado al extranjero en dos ocasiones, una a Bosnia y otra a Irak.
Su líder de pelotón en Irak, el teniente coronel John Anderson, dijo que Owen “cumplía con la definición de héroe”, al recordar cómo en una ocasión Owen rescató a un conductor de camión que quedó atrapado después de una emboscada.
El subjefe policial del condado Pope, Nathan Brecht, recordó entre lágrimas cómo Owen odiaba el papeleo, pero le encantaba trabajar el turno nocturno y creía que ser policía era una profesión noble.
“Este hombre era su protector en el condado Pope”, dijo Brecht. “Mientras su familia dormía profundamente, él vigilaba”.