Armenia denunció el domingo que uno de sus soldados fue muerto por un francotirador azerbaiyano cerca de la frontera, mientras Azerbaiyán negaba la versión y reportó que sus fuerzas fueron atacadas por fuego de Armenia en otra zona fronteriza.
Las tensiones aumentaron aun más cuando Azerbaiyán anunció que había abierto un punto fronterizo de inspección al inicio de la vía que conduce desde Armenia a la región de Nagorno-Karabaj, que es de mayoría armenia pero está dentro de Azerbaiyán. Armenia sostiene que esa instalación viola el acuerdo que puso fin a los combates entre los países en 2020.
Nagorno-Karabaj, que gozaba de una autonomía sustancial bajo la Unión Soviética, quedó en manos de fuerzas de etnia armenia apoyadas por el ejército de Armenia en 1994 tras varios años de lucha separatista. Las fuerzas armenias, además, capturaron grandes territorios alrededor de la misma Nagorno-Karabaj.
Azerbaiyán recuperó la mayor parte del territorio circundante e incluso partes de Nagorno-Karabaj en una guerra de seis semanas en 2020 que mató a unos 6.800 soldados. Bajo un armisticio logrado con mediación rusa, se reanudó el tráfico en el llamado Corredor Lachin que vincula Nagorno-Karabaj con Armenia, bajo vigilancia de fuerzas de paz rusas.
Pero en diciembre, el tránsito se vio obstaculizado cuando manifestantes, que dijeron ser activistas ambientalistas, bloquearon la vía. Desde entonces, Nagorno-Karabaj ha sufrido escasez de alimentos, gas y electricidad.
Por lo menos siete soldados murieron en choques entre fuerzas armenias y azerbaiyanas en abril.
Armenia denunció que un francotirador mató a uno de sus soldados cerca de la aldea de Sotk. Azerbaiyán lo negó y dijo que los armenios abrieron fuego con armas cortas contra sus fuerzas, que devolvieron el fuego.
Azerbaiyán repetidamente ha denunciado que los armenios usan el Corredor Lachin para llevar armas y municiones a Nagorno-Karabaj.