LIMA (AP) — El expresidente de Perú Alejandro Toledo llegó el domingo a Lima luego de ser extraditado desde Estados Unidos para cumplir 18 meses de prisión preventiva mientras es investigado por recibir millones de dólares en coimas por la adjudicación de la construcción de una carretera a la empresa brasileña Odebrecht.
Toledo aterrizó en un vuelo comercial a las 7:02 hora local (1202GMT), al aeropuerto capitalino Jorge Chávez. Así culminó el pedido para traerlo desde Estados Unidos al país sudamericano para ser sometido a la justicia peruana, un proceso iniciado en 2018 cuando la fiscalía solicitó su extradición.
La policía peruana publicó una fotografía donde se ve a Toledo custodiado por varios agentes junto a un fiscal. Vestía una casaca verde y tenía las manos cubiertas con una manta negra. Tenía los cabellos desordenados y lucía demacrado. Una imagen opuesta a la del exmandatario quien vestía usualmente con elegancia, con los cabellos engominados e impecables trajes de sastre y corbata.
Las autoridades judiciales indicaron que Toledo iba a ser llevado a un tribunal del centro histórico de Lima para un control de identidad de rutina junto a una revisión médica.
La agencia penitenciaria peruana evaluará la cárcel donde internará a Toledo, de 77 años, pero el gobierno adelantó que es posible que el expresidente sea recluido en la cárcel para presidentes en la zona este de Lima donde están presos otros dos exmandatarios: Alberto Fujimori (1990-2000) y Pedro Castillo (2021-2022). Fujimori cumple una condena de 25 años de prisión por su responsabilidad en el asesinato de 25 peruanos durante su gestión. Castillo está arrestado 18 meses de prisión preventiva mientras es investigado por rebelión al intentar disolver el Parlamento en 2022.
Toledo, que fue presidente de Perú de 2001 a 2006, está acusado de recibir al menos 20 millones de dólares en sobornos de Odebrecht, una empresa constructora brasileña que ha admitido ante las autoridades estadounidenses que sobornó a funcionarios para obtener contratos en toda América Latina durante décadas. Toledo ha refutado los cargos.
El exmandatario había solicitado que se suspendiera su extradición, a la espera de que se resolviera una impugnación contra la decisión del Departamento de Estado de Estados Unidos de enviarlo a Perú, pero un tribunal de apelaciones denegó esta semana su última petición y un juez federal le ordenó que se entregara.
Tras su arresto en 2019, Toledo fue recluido inicialmente en régimen de aislamiento en la cárcel de Santa Rita, a unos 60 kilómetros (40 millas) al este de San Francisco, pero fue puesto en libertad en 2020 debido a la pandemia de COVID-19 y al deterioro de su salud mental. Estuvo en arresto domiciliario después de eso.
Toledo vivía en California desde 2016, cuando regresó a la Universidad de Stanford, su alma mater, como profesor visitante para estudiar la educación en América Latina. Sus vínculos con el área de la bahía de San Francisco se remontan a la década de 1970, cuando era estudiante en la Universidad de San Francisco y luego estudiante de posgrado en la Universidad de Stanford.
El escándalo de sobornos admitido por la constructora Odebrecht provocó un terremoto entre la clase política peruana que gobernó Perú las últimas dos décadas. Toledo es uno de cuatro expresidentes investigados y procesados por casos ligados a la constructora brasileña.
El expresidente Ollanta Humala (2011-2016) enfrenta un juicio en el cual la fiscalía ha solicitado 20 años de cárcel junto a su esposa Nadine Heredia para quien han pedido 26 años de prisión. Ambos son acusados de lavado de activos. La fiscalía afirma que recibieron tres millones de dólares de Odebrecht para las campañas presidenciales de 2006 y 2011. Ambos niegan haber cometido delito alguno. Humala y su esposa estuvieron presos por nueve meses entre 2017 y 2018.
Pedro Pablo Kuczynski, quien concluyó su presidencia en 2018, está bajo prohibición de salir del país, antes cumplió arresto domiciliario.
El caso más trágico fue el del expresidente Alan García (2006-2011) quien se suicidó disparándose en la cabeza en 2019 en su dormitorio, minutos antes que la policía lo detenga de forma preliminar por 10 días mientras era investigado por una coima de la compañía brasileña.