MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
"No sé si hay menos presión, pero sí menos expectativas. Se espera menos de mí, el año pasado se esperaba que ganara el torneo antes de empezarlo, y eso tampoco es bueno. Voy más tranquila y ojalá lo pueda hacer bien", señaló en una entrevista con los medios oficiales de Iberdrola, de la que es embajadora.
En ese sentido, insistió en que la "diferencia" con respecto a 2022 es "la presión" con la que llega al torneo. "El nivel siempre ha estado ahí, he demostrado poder ser de las mejores del mundo y eso no ha cambiado. En los últimos partidos, contra las mejores jugadoras del mundo, he estado a un punto de ganar, y sigo teniendo confianza en mí misma. Quizás lo que cambie es que el torneo va a ser más duro desde un principio, pero el año pasado también lo fue. El ranking es solo un número", apuntó.
Sobre su inicio de curso, explicó que empezó encontrándose "muy bien en Australia", pero que luego llegaron los percances. "Creo que tuve un poco de mala suerte con la lesión, lo arrastré también poniéndome enferma y me ocupó mucho tiempo, estuve mes y medio parada. Al volver tuve cuadros difíciles, duros, contra las mejores del mundo. Han sido muy igualados, pero no están cayendo de mi lado, por desgracia. Me estoy encontrando mejor, con mejores sensaciones, y lo más importante es que estoy con la misma ilusión y motivación", señaló.
Además, la catalana reconoció que "siempre es muy especial" acudir a la Caja Mágica. "Vine por primera vez en 2015, tendría 17 años. Para mí siempre ha sido un torneo diferente, especial e importante. Juego en casa, delante de mi familia y de mi gente, y estoy con ganas de poder dar mi mejor nivel aquí otra vez", indicó.
"Siempre intento dar lo mejor de mí, dar el 100%, y ojalá pueda ganar muchos partidos y llegar a las rondas finales. Lo que más me motiva es jugar partidos así. Mis expectativas aquí son intentar disfrutarlo al máximo, dar mi máximo, y ojalá estos partidos que no están cayendo de mi lado empiecen a caer aquí en Madrid, en casa", añadió.
Respecto a sus posibles rivales, Badosa aseguró que no le gustaría jugar "con nadie en concreto". "Me gusta estar pendiente de mí y de lo que dependa de mí. En la final, obviamente, me gustaría una revancha con Aryna Sabalenka", dijo, aunque su deseo finalmente no podrá cumplirse porque, tras el sorteo del cuadro principal del domingo, si las previsiones son optimistas se cruzarían en semifinales.
Precisamente, la bielorrusa ha sido la última verdugo de la catalana, el viernes en cuartos de final de Sttutgart. "Fue una derrota dura para mí porque tenía el partido muy controlado, estaba jugando a un nivel muy alto. Fue triste perder ese partido, pero a la vez es una muy buena amiga mía, nos conocemos mucho y nos alegramos mucho de las victorias de la otra. Esta vez me tocó a mí perder, pero cuando ha sido al revés nos lo hemos tomado las dos lo mejor posible", subrayó.
"Creo que fue mérito suyo, yo seguí jugando de la misma manera. Ahora mismo es la jugadora que está en mejor forma del mundo. Jugó muy bien en ese momento, a mí se me escaparon un par de detalles. Al final, los partidos así se diferencian por una o dos pelotas", prosiguió.
En otro orden de cosas, la número 42 del ranking WTA confesó su predilección por jugar sobre arcilla. "Mi juego se adapta a todas las condiciones, pero me gusta jugar en tierra. Siempre me he sentido muy a gusto, es la tradición de los españoles, hemos crecido en tierra. Es una superficie donde me siento cómoda; jugamos por Europa, en casa, y esa sensación es bonita para nosotros", expuso.
Por último, Badosa no huyó de su responsabilidad como modelo para los más jóvenes. "Siempre es muy especial cargar con esa responsabilidad. Siempre he dicho que no juego al tenis solo para darle a la pelota; si puedo transmitir unos valores, ayudar a las generaciones jóvenes, mejor. Tengo una hermana pequeña y siempre he intentado dar ejemplo en casa. Si puedo dar un consejo a una persona joven, para mí es un partido ganado", concluyó.