MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
La violencia se concentra en determinadas zonas, como la capital, Jartum, y la región de Darfur. Chad, que hace frontera precisamente con Darfur, ha recibido en poco más de una semana a más de 20.000 refugiados, a los que ACNUR ha comenzado ya a brindar una primera asistencia dado que duermen a la intemperie y sin un mínimo acceso a servicios básicos.
La agencia ha pronosticado que, con la tendencia actual, haya más de 100.000 nuevos refugiados en Chad, un país que ya acogía a más de 400.000 sudaneses antes de la escalada de la violencia. La ONU ha comenzado a reubicar a las familias llegadas en los últimos días en un campo de refugiados y busca un nuevo lugar en el que habilitar otro enclave.
ACNUR también ha registrado cruces hacia Sudán del Sur, en concreto de casi 4.000 sursudaneses que han regresado a su país de origen. No en vano, más de 800.000 ciudadanos de Sudán del Sur residen actualmente en Sudán, principalmente en Jartum, según datos oficiales.
La ONU espera que hasta 125.000 sursudaneses y 45.000 sudaneses puedan cruzar la frontera en las próximas semanas, lo que supondrá un reto no sólo para estas personas sino también para las zonas en las que recalen. Se prevé que la mayoría de las personas retornadas terminen acogidas por familias.
Por otra parte, ACNUR también tiene constancia de "personas que han comenzado a llegar a Egipto", aunque por ahora no dispone de "cifras exactas".
Antes de esta emergencia, Sudán ya arrastraba retos derivados precisamente de desplazamiento, con 3,7 millones de desplazados internos y más de un millón de refugiados. La ONU se ha visto obligada a reducir su presencia al mínimo --ha evacuado a la práctica totalidad de su personal internacional--, al igual que otras ONG internacionales, que han denunciado saqueos y ataques en estos últimos días.