MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
ATME recuerda que los militares cuentan con una gran movilidad geográfica por la que tienen que abandonar su residencia habitual y encontrar otro alojamiento en su nuevo destino, en muchos casos zonas en las que los precios son muy altos como Madrid o Valencia.
Ello, subraya, con unas "deficientes" retribuciones que en ocasiones están al mismo nivel del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Según detalla, en 2022 había 186 militares en lista de espera para poder ocupar alojamientos logísticos, mientras que en 2023 la situación ha empeorado, con 696 militares y 40 desalojados.
"Mientras el Gobierno anuncia que se van a construir viviendas en terrenos de Defensa, se olvida de algo tan primordial como la situación de los militares", denuncia la asociación acusando al Ejecutivo y la ministra de Defensa, Margarita Robles, de haber dejado "hace tiempo" de interesarse por los problemas de sus trabajadores.