NAIROBI, Kenia (AP) — Dos pastores en Kenia comparecieron en tribunales el martes, acusados de liderar sectas y de convencer a sus seguidores de que debían de ayunar hasta morir para así encontrarse con Jesucristo. Más de 100 cadáveres han sido hallados.
El pastor Paul Mackenzie fue dejado libre por una corte en el pueblo de Malindi, pero fue luego rearrestado y llevado a tribunales en el pueblo de Shanzu.
Mackenzie fue primero arrestado hace dos semanas por acusaciones de que era líder de una secta y que le ordenó a sus seguidores dejar de comer, aunque murieran, para así conocer a Jesucristo.
Las autoridades han exhumad más de 100 cadáveres en la propiedad del pastor, en el condado Kilifi. Se calcula que hay menores entre las víctimas, pero se desconoce cuántos, ya que los cadáveres estaban en avanzado estado de descomposición.
El tribunal superior autorizó la detención de Mackenzie hasta el viernes, cuando se escuchará el pedido de retenerlo otros 30 días mientras sigue su curso una investigación por terrorismo.
Su esposa, Rhoda Maweu, fue arrestada el lunes en la noche, hallada en un escondite en el poblado costero de Mtwapa tras estar varias semanas prófuga.
Se han practicado autopsias a 40 cuerpos hallados en la propiedad de Mackenzie y se determinó que algunos murieron por inanición, otros por estrangulamiento o asfixia.
El pastor Ezekiel Odero, cuya iglesia está en el mismo condado que la de Mackenzie, también ha comparecido en tribunales. Estará detenido otros dos días mientras continúan las investigaciones. Sus seguidores ,marcharon frente al tribunal el martes, orando para que sea puesto en libertad.
Odero fue arrestado la semana pasada en conexión con las muertes de los miembros de su megaiglesia, que atrae a miles de personas de todo el país. También está siendo investigado por sus vínculos con Mackenzie.
Después de que Mackenzie cerró su iglesia en 2019, Odero le compró un canal de televisión.
Mackenzie ya había sido acusado, en 2017, por la muerte de niños en su iglesia. En 2019, cerró esa iglesia y se mudó a una hacienda en una zona boscosa del condado Kilifi, donde cientos de familias construyeron viviendas.
Uno de sus seguidores dijo a The Associated Press que fue en esa época cuando se le instruyó a los miembros a dejar de comer para encontrarse con Jesús, y que poco después empezaron a morir.
Grupos de derechos humanos llevaban meses tratando de alertar sobre la situación hasta abril, cuando la policía entró a la hacienda y encontró las fosas comunes.
Actualmente la policía está realizando misiones de búsqueda y rescate en la propiedad de 325 hectáreas (800 acres) y en otra finca, aun más grande, allí cerca. Hasta el momento, 48 personas han sido rescatadas con vida y 24 han sido arrestadas, según el comisionado de la zona, Rhoda Onyancha.