MANCHESTER, Inglaterra (AP) — La inminente salida de Lionel Messi podría marcar el final de la era de excesos por parte del París Saint-Germain.
Y en ese sentido, perder al astro argentino tras esta temporada podría ser tan significativo como los fichajes estelares conseguidos desde que el dinero qatarí transformó al club francés en uno de los más ricos del mundo.
Salvo que haya un cambio repentino de postura de alguna de las partes, Messi se marchará dentro de unas semanas, cuando expire su contrato.
Ello allana el camino para que el futbolista siete veces galardonado con el Balón de Oro devengue 400 millones al año, si es que resultan ciertos los reportes de que emigrará a Arabia Saudí. Pero la situación también dará al PSG una oportunidad de alejarse de una estrategia que no ha funcionado.
En vez de las grandes contrataciones, el equipo podría dedicarse al desarrollo de talento local.
Propiedad de Qatar Sports Investments desde 2011, el PSG ha dominado el fútbol francés y adquirido a algunos de los futbolistas más prominentes del mundo, incluidos Zlatan Ibrahimovic, Kylian Mbappé, el brasileño Neymar y Messi. Pero el equipo no ha ganado el premio mayor del fútbol europeo, la Liga de Campeones.
Si acaso, el PSG se está alejando ahora del trofeo que anhela, luego de eliminaciones consecutivas en los octavos de final. Pese a un platel repleto de talento de clase mundial, el club ha quedado fuera en la misma etapa en cinco de las últimas siete campañas, y sólo llegó a la final una vez en su historia, en 2020.
Ni siquiera el equipo de ensueño conformado por Messi, Mbappé y Neymar ha podido alterar eso.
Aunque la salida de Messi hace evidente ahora la nueva postura del club, el cambio de estrategia para concentrarse en talento joven habría comenzado desde el año anterior. Un avanzado centro de entrenamiento en Poissy está cerca de completarse y proporcionará la base para producir a los mejores futbolistas en Francia.
En el centro de esta nueva visión está el mejor talento del país, Mbappé. Ello genera dudas sobre el futuro de Neymar. El brasileño no se ajustaría más al modelo que pretende seguir el club.
Y ello explicaría también la ruptura con Messi.
El final de la relación con el flamante campeón del Mundial luce agrio. PSG multó y suspendió a Messi por un viaje no autorizado a Arabia Saudí. Pero su estadía en la capital francesa tras salir del Barcelona debería considerarse exitosa.
En su primera campaña en el club francés, Messi habría dado al PSG una ganancia de 11 millones de dólares en sociedades comerciales.
El presidente del PSG Nasser Al Khelaifi tuvo el orgullo de integrar un ataque con los mayores astros del fútbol, aunque fugazmente. Ahora, se alejará del relumbrón y buscará talento hecho en casa.
Después de todo, Francia ha producido algunos de los mejores futbolistas en la historia, el más reciente de los cuales es Mbappé. Y el PSG quiere capitalizar eso.
Francia ganó el Mundial de 2018 y cayó ante la Argentina inspirada por Messi por penales en la final del año pasado. Mbappé fue el único jugador del PSG que apareció de inicio por la selección francesa en aquella final en Qatar.
Los jóvenes astros franceses han emigrado a otros clubes europeos, como Real Madrid (Aurelien Tchouameni, Eduardo Camavinga), Barcelona (Ousmane Dembélé, Jules Kounde) y Bayern Munich (Kingsley Coman, Dayot Upamecano).
Coman, quien debutó en el PSG, anotó cuando el Bayern eliminó a su equipo anterior de la presente edición de la Liga de Campeones.
El delantero de Leipzig, Christopher Nkunku, quien se mudaría al Chelsea en el receso posterior a la campaña, estuvo también en el PSG. Es el mismo caso de otro seleccionado francés, Moussa Diaby, del Bayer Leverkusen.
Mbappé, pretendido desde hace tiempo por el Real Madrid, parece convencido con los planes del PSG. Firmó un contrato por tres años en mayo pasado.
Aunque es una gran figura, se adapta perfectamente en la nueva estrategia de contar con jóvenes locales.
Ha habido movimientos que apuntan a esa meta durante la presente campaña. Warren Zaire-Emery y El Chadaille Bishiabu, de 17 años, llegaron al primer equipo y jugaron en el encuentro perdido ante el Bayern.
La contratación realizada el año pasado del técnico francés Christophe Galtier es otro ejemplo del cambio, aunque se desconoce si permanecerá en su puesto después de esta campaña, ante los malos resultados en la segunda mitad del año futbolístico.
PSG es todavía líder, con cinco puntos de ventaja sobre el Marsella, que es segundo en la liga francesa. El conjunto capitalino está así en camino de lo que sería un noveno cetro en la era de los propietarios qataríes.
Pero los fracasos en la Liga de Campeones son los que se han vuelto inaceptables ante las altas sumas desembolsadas por Neymar (219 millones de dólares) y Mbappé (190 millones).
Ese fiasco en el torneo de elite ha generado una sensación generalizada de que el PSG es una colección de individualidades y no un equipo cohesionado. Y el enfoque de la colectividad en el futuro equivaldría a reconocer eso.
En comparación, el Manchester City, respaldado por la familia gobernante de Abu Dhabi, ha integrado tal vez el mejor conjunto de Europa bajo las órdenes de Pep Guardiola, si bien tampoco ha ganado la “Champions”.
Ello podría cambiar esta temporada. El City está en las semifinales por tercer año consecutivo.
Pero la partida de Messi y quizás la de Neymar podrían acercar paradójicamente al club francés hacia su meta de ser por fin capeón de Europa.
___ James Robson está en Twitter como https://twitter.com/jamesalanrobson