El joven migrante de origen hondureño que llegó a Estados Unidos sin un padre o tutor murió bajo custodia del gobierno en Florida. Enrique Reina, el secretario de Relaciones Exteriores de Honduras, identificó al niño como Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza y pidió una “investigación exhaustiva” sobre su fallecimiento.
Ángel Eduardo estaba en Safety Harbor, Florida, una pequeña ciudad al oeste de Tampa que tiene un refugio que se usa para albergar a niños no acompañados. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) aceptó el hecho pero proporcionó pocos detalles sobre las condiciones.
La Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), que es una división del HHS, es responsable de alojar y cuidar a los niños migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México sin tutores legales. Asimismo, los funcionarios fronterizos están obligados por la ley federal a transferir menores no acompañados a ORR dentro de las 72 horas. La oficina de refugiados alberga a niños no acompañados en refugios y otras instalaciones hasta que cumplen 18 años o son reclamados por un patrocinador en Estados Unidos.
Cabe destacar que la muerte del menor se produce en el marco de las nuevas disposiciones estadounidenses tras la expiración del Título 42, una restricción relacionada con la pandemia que llegó a fin a la medianoche del jueves.
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Dicha medida permitió a los funcionarios fronterizos expulsar rápidamente a cientos de miles de migrantes sin escuchar sus solicitudes de asilo, una política que comenzó en marzo de 2020 bajo la presidencia de Donald Trump.
Los niños no acompañados estaban sujetos a expulsión bajo el Título 42 hasta noviembre de 2020.