ROMA, 9 (EUROPA PRESS)
"El peligro hoy es el indietrismo (volver hacia atrás), la reacción contra lo moderno. Es una enfermedad nostálgica. Por eso he decidido que ahora el permiso para celebrar según el Misal Romano de 1962 sea obligatorio para todos los sacerdotes recién consagrados", ha justificado el pontífice. Estas afirmaciones tuvieron lugar durante un diálogo con jesuitas durante su viaje a Hungría que se han hecho públicas ahora.
"Después de todas las consultas necesarias, decidí esto porque vi que las buenas medidas pastorales puestas en marcha por Juan Pablo II y Benedicto XVI estaban siendo utilizadas de manera ideológica, para ir hacia atrás. Era necesario poner fin a este indietrismo (volver hacia atrás) que no estaba en la visión pastoral de mis predecesores", señaló.
En julio del 2021 Francisco introdujo ciertos límites a la misa tridentina, que se celebraba en latín, y desde entonces cualquier parroquia o sacerdote que desee celebrar con el rito preconciliar necesita una validación por parte del obispo que a su vez habrá tenido que pedir un permiso especial a la Santa Sede.
De este modo, el Papa considera que "hay un apoyo increíble al restauracionismo" tras constatar "resistencias" a la plena aplicación del Concilio Vaticano II, uno de los acontecimientos religiosos más importantes del siglo XX que tendió puentes de diálogo con la cultura moderna.
"Un Concilio tarda un siglo en ser asimilado. Y sé que la resistencia a sus decretos es terrible. lo que yo llamo "indietrismo", como dice la Carta a los Hebreos (10:39): "Pero nosotros no somos de los que retroceden. El flujo de la historia y de la gracia va de las raíces hacia arriba como la savia de un árbol que da fruto. Pero sin este flujo sigues siendo una momia. Retroceder no preserva la vida, nunca", reflexionó.
Francisco citó al escritor y teólogo del sur de la Galia del siglo V, San Vicente de Lérins, que en su obra Commonitor y señaló "que incluso el dogma de la religión cristiana progresa, se consolida con los años, se desarrolla con el tiempo, se profundiza con la edad". "Se trata de un cambio de abajo arriba", constató el Pontífice.