MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
"Esa Rusia, ese mundo en el que vivía, ya está destruida y no hace falta que esté pasando por una guerra, porque (su invasión a Ucrania) ya es como una guerra", ha señalado la autora rusa en un encuentro con periodistas, tras reconocer que desconoce cómo puede evolucionar este conflicto.
"Es verdad que dije que podía ser una III Guerra Mundial, pero la cara de la guerra ha cambiado en nuestro tiempo, están involucrados muchos países y casi no hay neutrales", ha remarcado, para luego resaltar que Rusia es un país "con una Historia presente llena de acontecimientos imprevisibles".
Ulítskaya alerta además de que habrá que "esperar años" para conocer las consecuencias reales de este conflicto. "Hay qué ver cómo se desenvuelve Putin y luego analizar si el daño hecho al país es más grande que el de Stalin", ha remarcado, para luego analizar también al pueblo ruso.
"Estamos siendo gobernados por el KGB, que ganó esa pugna constante al poder político, y se vive una represión. No entiendo que el pueblo haya aceptado esto, cuando han sufrido los males de una guerra civil, los bolcheviques y los campos de gulag, pero se sigue siendo sumiso al poder, que campa a sus anchas", ha lamentado.
La autora rusa, eterna candidata al Premio Nobel, abandonó su país el año pasado para irse a vivir a Berlín. "Sin lugar a dudas es peligrosos ser un intelectual todavía hoy en Rusia: muchos directores, escritores o artistas en general han abandonado el país a raíz del conflicto y es una pérdida enorme", ha asegurado.
En su día a día, reconoce estar un poco desubicada en el terreno literario, debido a que le cuesta concentrarse en la escritura. "La verdad es que lo que no hago mucho es practicar mi trabajo de escritora: todo pesa y pesa mucho, podría decirse que está siendo el año más difícil de toda mi vida", ha comentado apesadumbrada.
No obstante, afirma no arrepentirse de su decisión de salir del país, ya que se considera una autora que "siempre ha tratado de mantenerse lejos de los juegos de la política y del Estado". "Y quizás por eso he conseguido grandes logros, aunque obviamente sin llevarme premios de mi país: esos me los han dado en Occidente", ha defendido con humor.
En cualquier caso, también se muestra respetuosa ante aquellos intelectuales rusos que han pronunciado su apoyo o mantienen silencio ante esta situación. "Hay bastante gente talentosa y respetable que cree necesario mantener buenas relaciones con los dirigentes rusos: tanta gente, tantas formas de pronunciarse", ha remarcado.
La posibilidad de lograr el Premio Nobel de Literatura no es algo que le preocupe ni le quite "el sueño". "No me preocupa lo más mínimo ganarlo o no. Mi premio favorito es el de la Ciudad de Budapest, que fui a recogerlo cuando sus muros todavía tenían la huella de las balas rusas: fue una victoria de la cultura sobre la política y es el galardón más preciado que tengo", ha concluido.