MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Las crecidas han inundado viviendas, tierras de cultivo, se han llevado el ganado y han obligado a cerrar los colegios y los centros de salud, ha explicado la OCHA en un comunicado.
Según las primeras estimaciones hay al menos 460.470 afectados, de los cuales 219.000 han tenido que abandonar sus hogares por la crecida del río Shabelle.
"Las inundaciones de la temporada de lluvias han dejado un rastro de destrucción en especial en el distrito de Belet Weyne, en el estado de Hirshabelle, y en Baardheere, en el estado de Jubalandia", ha destacado la OCHA.
En el lado positivo, las lluvias rellenarán las reservas de los pozos de agua y facilitarán la regeneración de la vegetación, pero será necesarias muchas más precipitaciones para aliviar el impacto de la reciente sequía.
La OCHA ha puesto además en valor la activación del Plan de Respuesta y Preparación para las Sequía y el Plan de Respuesta Humanitaria de 2023, una iniciativa que necesita financiación urgente, puesto que solo ha cubierto el 25 por ciento de su presupuesto.
El Gu es una temporada de lluvias que suelen tener lugar entre abril y junio imprescindible para los agricultores y los ganaderos somalíes, en su versión más moderada, ya que supone el principal medio de reposición de cosechas y pastos de cara a los meses de sequía.
Según los expertos de la ONU, todo apunta a que el país volverá a padecer su sexta temporada consecutiva de lluvias por debajo del promedio, un fenómeno sin precedentes desde el inicio de los estudios al respecto e incluso a pesar de las precipitaciones de los últimos días.