MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Estudios anteriores de la Fundación Fossey revelaron que los gorilas jóvenes son sorprendentemente resistentes a la pérdida de sus madres, a diferencia de lo que se ha observado en muchas otras especies, pero perder a la madre es sólo una de las muchas cosas malas que les pueden ocurrir a los animales jóvenes.
"Suponiendo que uno sobreviva a lo que consideramos adversidades tempranas en la vida, a menudo será menos sano, tendrá menos hijos o su esperanza de vida será más corta, sea cual sea la especie --afirma Stacy Rosenbaum, antropóloga de la UM y autora principal del estudio--. Hay toda una serie de cosas que te ocurren y que parecen empeorar tu vida en la edad adulta".
Pero, en cambio, los investigadores descubrieron que los gorilas que sobrevivieron más allá de los 6 años no se vieron afectados en gran medida por las dificultades que encontraron cuando eran bebés o jóvenes.
Al igual que otras especies, los humanos también nos enfrentamos a adversidades en los primeros años de vida, y sus efectos pueden perseguirnos hasta la edad adulta, como una menor esperanza de vida o complicaciones de salud, explica Rosenbaum.
Pero en los humanos es difícil determinar si, por ejemplo, desarrollamos cáncer o morimos pronto de adultos a causa de un acontecimiento adverso en los primeros años de vida, o si se debe a una multitud de factores conductuales, ambientales y culturales, o a una combinación de todos ellos.
Estudiar estos acontecimientos adversos tempranos en especies no humanas podría ayudar a los investigadores a entender cómo afectan a los humanos y cómo mitigarlos.
"Cuando se estudia a los animales, se eliminan muchas de las variaciones que tenemos en los humanos. Por ejemplo, todos tienen dietas similares, todos hacen ejercicio como parte de su vida diaria y no tienen la oportunidad de adoptar comportamientos negativos para la salud, como fumar", señala Robin Morrison, investigadora de la Dian Fossey Gorilla Fund y autora principal del estudio.
Pero a pesar de ello, en la mayoría de las especies la adversidad temprana puede tener efectos negativos en la edad adulta, lo que sugiere que existe algún tipo de mecanismo biológico más profundo que no comprendemos muy bien, afirma Morrison.
El hecho de que los gorilas muestren un patrón diferente sugiere que estas adversidades tempranas pueden superarse. Entender por qué y cómo ocurre esto puede tener importantes implicaciones para nuestra propia especie, afirma.
Como los humanos, los gorilas viven mucho tiempo y tienen pocas crías en las que invierten mucho. Esto los convierte en un buen modelo animal comparativo para comprender las ramificaciones de los acontecimientos adversos en las primeras etapas de la vida.
Los investigadores analizaron 55 años de datos a largo plazo recogidos en 253 gorilas de montaña salvajes, 135 de los cuales eran machos y 118 hembras. Estos gorilas viven en el Parque Nacional de los Volcanes, en Ruanda, y han sido vigilados durante más de cinco décadas por el Fondo Dian Fossey para los Gorilas.
Identificaron seis tipos diferentes de adversidades en los primeros años de vida: perder al padre o a la madre, sufrir la muerte de un miembro del grupo por infanticidio, inestabilidad del grupo social, tener pocos compañeros de edad en el grupo social y tener un hermano competidor que naciera poco después que ellos. Los datos incluían información sobre cuántas de estas adversidades tempranas experimentó cada gorila y a qué edad, así como cuánto tiempo vivió cada gorila.
Analizaron qué ocurría cuando un gorila no experimentaba ninguna, una, dos o tres o más adversidades y descubrieron que cuantos más acontecimientos adversos experimentaban los gorilas antes de los 6 años, más probabilidades tenían de morir de jóvenes. Pero si, a pesar de experimentar adversidades tempranas, sobrevivían hasta los 6 años --más allá de su etapa juvenil--, los investigadores no encontraron pruebas de que su esperanza de vida fuera menor, independientemente del número de acontecimientos adversos que sufrieran los gorilas.
De hecho, si un gorila experimentaba tres o más formas de adversidad, vivía más tiempo; este grupo de animales presentaba una reducción del 70% en el riesgo de muerte en la edad adulta. Los investigadores sospechan que esta tendencia se debe a algo llamado selección de viabilidad. Esto significa que si un gorila era lo bastante fuerte como para sobrevivir a los difíciles acontecimientos de los primeros años de vida, podía ser un "individuo de mayor calidad" y, por tanto, más longevo.