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La ministra de Igualdad Racial denuncia que el odio de la etapa de Bolsonaro frenó los avances de Lula

Anielle Franco no cree a uno de los detenidos por el fraude de las vacunas que dice saber quién mató a su hermana Marielle: "Lo dijo para llegar a un trato".

MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

La ministra de Igualdad Racial de Brasil, Anielle Franco, ha denunciado que el odio y la fuerte polarización en la etapa del expresidente Jair Bolsonaro frenó los avances y las políticas públicas que se lograron en favor de los colectivos afrodescendientes en el anterior mandato de Luiz Inácio Lula da Silva.

La abrupta salida del expresidente Jair Bolsonaro --entre unas acusaciones de fraude electoral revistadas de tintes golpistas que acabaron por jalear a sus seguidores contra las instituciones el 8 de enero-- dejó un Brasil, apunta Franco, "muy dividido", "con mucho odio" y una "fuerte polarización".

"La población negra no tuvo ningún apoyo en políticas públicas (...) No había prioridad hacia las emergencias de la población negra, que es mayoría en el país", lamenta Franco, quien ha enumerado para esta nueva etapa desafíos como el racismo ambiental, la falta de acceso a la salud, la educación, la vivienda, el genocidio de las personas negras, el derecho de las quilombolas, o la lucha contra el hambre.

"El 70 por ciento de las personas que pasan hambre hoy en el país son personas negras", ha subrayado la ministra brasileña en una entrevista para Europa Press a su paso esta semana por Madrid para firmar una serie de acuerdos bilaterales.

"Todo lo que fue hecho de manera prioritaria para esa población se hizo en el mandato de Lula de hace 20 años y ahora es necesario retomar aquello. Estamos hablando de reforzar la ley de cuotas, el acceso a la educación, o reforzar los derechos de las tierras quilombolas", ha explicado.

Sin embargo, para lograr todo esto deberá ponerse de acuerdo con un Congreso --en el que las fuerzas de ultraderecha y conservadoras son mayoría--, que ya ha demostrado al Gobierno de Lula que no se lo pondrá fácil, después, por ejemplo, de que hayan tenido que pedir a la Cámara posponer la votación de la ley sobre las 'fake news' ante la falta de apoyo debido a sus diversas modificaciones.

"Todavía no contamos con las herramientas necesarias, pero hay voluntad política para combatir las 'fake news', los crímenes de odio, la violencia política. Tenemos una ley de 2021 que necesita ser mejorada, concretada y fortalecida", ha dicho.

"La violencia política todavía es un tabú a pesar de haber innumerables estudios", explica Franco, para quien todavía hay una parte de la sociedad y la clase política brasileña que niega la existencia de ese tipo de violencia e incluso el racismo. "Necesitamos reforzar esa ley, dotarla políticamente, pero el Congreso nos lo pone muy difícil para intentar lograr esas herramientas", ha reconocido.

"Esta ley de violencia política necesita ser mejorada, tener un enfoque de raza y género que no tiene. Pensar en mecanismos, que tenga fuerza para combatir esto porque lo que ocurre es que la extremaderecha actúa desde una posición de violencia política y no pasa nada", ha denunciado.

"Se trata de que respondan judicialmente por sus actos, que no pueda un diputado, por ejemplo, salir ileso, tras insultar a una diputada, o amenazarla con matarla, violarla, o agredirla. Esto es una muestra de cuánto necesitamos avanzar en la protección de las mujeres como un todo. Esto es solo un trecho", ha expuesto.

MARIELLE FRANCO, "UN SÍMBOLO DE RESISTENCIA"

La ministra también ha recordado la figura de su hermana, la popular concejal por Río de Janeiro Marielle Franco, que fue asesinada en 2018 y cuyo caso ha vuelto a estar de actualidad, después de que uno de los detenidos por el fraude de los datos del Ministerio de Salud para modificar las cartillas de vacunación, entre ellas la de Bolsonaro, asegurara que sabía quién ordenó matarla.

"No me lo creo, leyendo y entendiendo un poco mejor lo que pasa allí, creo que lo dijo para intentar hacer un intercambio, un trueque de información del tipo 'sé tal cosa si me ayudas aquí'", ha dicho Franco.

"Si de verdad lo supiese, no lo habría escrito en ningún mensaje de WhatsApp y no lo habría expuesto a todo el mundo de esa manera", ha valorado la ministra, quien no obstante, ha subrayado que "nunca" pierde la esperanza de que algún día se descubra quién ordenó matar a su hermana.

El asesinato de Marielle Franco en marzo de 2018 conmocionó a una parte de la sociedad brasileña. Afrodescendiente, bisexual y activista destacada por la defensa de los derechos de las minorías, fue acribillada a tiros cuando circulaba en coche por el centro de Río de Janeiro tras participar en un acto con mujeres.

Por el momento hay dos personas detenidas, los exagentes de la Policía Militar Ronnie Lessa, autor de los disparos, y Elcio Queiroz, conductor del coche desde el que se cometió un crimen, en el que también fue asesinado el conductor de Marielle, Anderson Gomes. Sin embargo, todavía se desconoce el autor intelectual.

"Su elección fue especialmente significativa en nuestra región (...) En la tribuna, en la Cámara, en su trabajo, diariamente defendía a las personas negras, de las favelas, a las madres, e infelizmente, tras un año y tres meses de mandato, fue asesinada de esa manera", ha recordado.

"A veces me faltan palabras para hablar de ella. Tras su asesinato, se convirtió en un símbolo de resistencia porque representaba muchas luchas, luchas que a día de hoy seguimos peleando las mujeres negras en Brasil", ha enfatizado.

Franco ha señalado que no podría señalar a nadie como sospechoso. Su teoría, ha explicado, "no implica nombres", sino que está relacionada con el hecho de que la gente "entendió que ella iría muy lejos y era una voz que incomodaba en favor de las minorías, que son mayoría, e intentaron acabar con el mal de raíz".

A pesar de haber dicho que "nunca" pierde la esperanza de conocer lo que pasó y de destacar la "importante" labor que está llevando a cabo la Policía Federal, ha reconocido que no sabe si algún día se sabrá quién mandó asesinarla, pues "fue un crimen muy bien organizado" y "cinco años han pasado sin tener una mínima pista".

"Nunca nadie pensó que fuera a pasar aquello, todo lo contrario. Ella era muy popular, llegaba y hablaba con todo el mundo. Ahora, no obstante, después de lo de mi hermana, al estar en esta posición de protagonismo, siempre estoy atenta a la seguridad de mi alrededor", ha contado la ministra.

COOPERACIÓN CON ESPAÑA

Franco ha estado esta semana en Madrid tras una primera visita oficial a finales de abril en una comitiva encabezada por el presidente Lula de Silva, en la que, ha destacado, mantuvo un encuentro "muy potente" con la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Esta vez, su paso por la capital se enmarca en la firma de un acuerdo bilateral para ratificar lo pactado en aquella visita, basado en la lucha conjunta contra el racismo, la violencia política, o la protección de la situación de las mujeres negras, además de poner en marcha iniciativas públicas de acceso a la educación.

"Hay personas negras en todo el mundo y tenemos que cuidar de ellas. Tenemos que estar cerca para saber lo que necesitan", ha dicho.

"Todo trabajo necesita tener un inicio y por eso estamos diseñando a partir de estos dos países --a través de las universidades, de los ministerios de Igualdad Racial e Igualdad, los colectivos afrolatinos-- mecanismos para combatir los principales asuntos que asolan nuestra comunidad", ha explicado.

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