MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
El Gobierno ruso sigue todavía sin pronunciarse sobre lo ocurrido el sábado, cuando el periódico ruso 'Kommersant' informó de que dos aviones de combate Su-34 y Su-35 y dos helicópteros Mi-8 habían sido "derribados de manera prácticamente simultánea en una emboscada" cuando se dirigían a efectuar un bombardeo en la región ucraniana de Chernígov.
El medio, citando fuentes propias, confirmó que estos incidentes no habrían dejado supervivientes y otro medio ruso indicó que hasta nueve militares habrían fallecido. La pérdida de cuatro aparatos en un solo día se trataría de uno de los mayores reveses padecidos por las fuerzas rusas desde el principio de la invasión.
Las autoridades regionales de Briansk solo han confirmado el siniestro de un helicóptero militar mientras que la agencia TASS cifra en dos los aparatos caídos: un helicóptero y un Su-34 "cerca de la frontera ucraniana, en lo que fue interpretado inicialmente como una colisión en vuelo.
La primera reacción ucraniana al suceso llegó de la mano del asesor presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, quien se limitó a manifestar que detrás del incidente estaban "personas no identificadas" y que el suceso había sido un acto de "karma instantáneo" contra Rusia.
Ahora, este domingo y según declaraciones recogidas por el diario alemán 'Der Spiegel', el portavoz de las Fuerzas Aéreas Yuri Ihnat ha negado toda responsabilidad de Ucrania y especulado con la posibilidad de que hayan sido las propias defensas aéreas rusas las que, por error, hayan derribado a estos aparatos, sin dar más detalles.