Más del 85% de los 258 millones de personas en el mundo que sufren hambre en su fase más severa viven en países afectados por conflictos e inseguridad, según advierte la ONG Acción contra el Hambre en su informe ‘No importa quién esté luchando, el hambre siempre gana’.
En el estudio, la organización humanitaria analiza pruebas de múltiples conflictos en todo el mundo para identificar las conexiones entre los conflictos y el hambre en países como la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, países del Sahel como Níger, Mali y Burkina Faso y otros como Colombia y Siria, con testimonios recogidos sobre el terreno.
“Los conflictos son la principal causa del hambre en el mundo, pero tanto los conflictos como el hambre se pueden prevenir”, ha declarado el director de incidencia y relaciones institucionales de Acción contra el Hambre, Manuel Sánchez-Montero.
Según recuerda la ONG, este miércoles 24 de mayo se cumplirán cinco años desde que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó por unanimidad la Resolución 2417, que reconoce el vínculo mortal entre los conflictos y el hambre, y declara que utilizar la inanición como arma puede constituir un crimen de guerra.
A pesar de este hito, Acción contra el Hambre lamenta que no existan enjuiciamientos por crímenes de hambre y que el hambre provocada por los conflictos aumentaron.
El alarmante resurgimiento del hambre en el mundo va de la mano del creciente número e intensidad de los conflictos armados y del flagrante desprecio del derecho internacional humanitario por las partes beligerantes
— Manuel Sánchez- Montero, integrante de Acción contra el Hambre
Según señala el director de incidencia y relaciones institucionales de Acción contra el Hambre, el derecho internacional humanitario prohíbe los bloqueos, los desplazamientos forzosos, la contaminación por minas y los ataques contra la tierra, los alimentos, el agua y los trabajadores humanitarios.
Sin embargo, la organización denuncia que esas acciones se producen con impunidad y dejan a la gente con pocas opciones para alimentarse y alimentar a sus familias.
Tal y como ha señalado Sánchez-Montero, es el momento de “traducir las promesas en acciones significativas”. Por ello, instan a los Estados miembros de la ONU “a que utilicen su influencia y sus inversiones para que las partes beligerantes rindan cuentas por las violaciones del derecho internacional, para garantizar el acceso seguro de ayuda vital a las personas y comunidades necesitadas y para construir la paz”.
El próximo 25 de mayo, se desarrollará un acto paralelo de alto nivel en la sede de la ONU en Nueva York organizado desde Acción contra el Hambre junto a otros actores para hacer balance del impacto y la aplicación de la Resolución 2417 del Consejo de Seguridad. Representantes de organizaciones locales de la sociedad civil, comunidades y agencias humanitarias compartirán hechos y análisis de cómo el hambre provocada por los conflictos afecta a los civiles en los contextos en los que viven y trabajan.