CANNES, Francia (AP) — La mayoría de los cineastas en competencia en el Festival de Cine de Cannes son directores conocidos que han estado en activo durante décadas. Una gran excepción de este año es Ramata-Toulaye Sy, una cineasta franco-senegalesa cuya ópera prima, “Banel e Adama”, está entre las 21 películas que compiten por la Palma de Oro.
“Recién ahora me doy cuenta de que estar en una competencia significa estar en una competencia”, dijo Sy, riendo, en una entrevista poco después de que “Banel e Adama”se estrenara en Cannes. “Ahora que estamos realmente en medio de todo, me doy cuenta de que hay mucha pasión”.
Sy, de 36 años, es la única debutante en el cartel principal de Cannes este año. También es la segunda directora negra en competir por la Palma, después de Mati Diop, otra cineasta franco-senegalesa, cuyo “Atlantics” se estrenó en 2019. Para Sy, quien creció en París, no es una distinción de importancia.
“Soy cineasta y realmente deseo que dejemos de ser contadas como mujeres, como negras, árabes o asiáticas”, dijo Sy.
“Banel e Adama”, es también la única película ambientada en África que compite por la Palma este año. En ella Sy elabora una fábula radiante y lánguida, teñida de mito y tragedia.
Banel (Khady Mane) y Adama (Mamadou Diallo) son un matrimonio profundamente enamorado que vive en un pequeño pueblo del norte de Senegal. En su íntimo idilio romántico, desean alejarse de las tradiciones locales. Adama está destinado a ser jefe de la aldea, pero no está interesado en hacerlo. Banel sueña con vivir fuera del pueblo, en una casa enterrada bajo una montaña de arena.
Mientras Banel y Adama trabajan lentamente para barrer la arena, su anhelo por vivir solos causa angustia en la aldea, especialmente cuando llega una sequía que algunos toman como una maldición por su independencia. Aunque a menudo opaca, la película se mantiene en gran medida con la psicología de Banel, cuya determinación se vuelve cada vez más oscura.
“Al principio era bastante reacia a reconocer que Banel era yo”, dice Sy. “Ahora tengo que confesar que definitivamente soy yo. Me veo a mí misma, mis preguntas, mi lucha en su viaje. Cómo convertirse en un individuo dentro de una comunidad es realmente mi propia interrogante”.
Sy comenzó a escribir “Banel e Adama” en 2014 como estudiante en la escuela de cine francesa La Fémis. Sy, hija de inmigrantes senegaleses, dice que primero se sintió atraída por la literatura. Novelas como “Sula” de Toni Morrison y “My Brilliant Friend” de Elena Frenate inspiraron “Banel e Adama”.
“La historia de amor fue un pretexto para lidiar con el mito”, dice. “Quería tener este tipo de personaje femenino mitológico que encuentras en la tragedia griega”.
Sy coescribió “Notre-Dame du Nil” de Atiq Rahimi y “Sibel” de Çagla Zencirci y Guillaume Giovanetti, las cuales se presentaron en festivales internacionales. Su primer cortometraje, “Astel”, fue bien recibido.
Pero poco la preparó para el estrés de rodar en la zona rural de Senegal. Junto con el calor, las tormentas de arena y los episodios de enfermedad entre los miembros del equipo de producción, Sy luchó por encontrar a su Banel. Al final, encontró a Mane mientras caminaba.
“Teníamos a todo el elenco, excepto a ella. Empezamos cinco meses antes de rodar y un mes antes de rodar aún no la teníamos. Un día estaba caminando por la calle y mis ojos se clavaron en esta chica”, dice Sy. “Fue la forma en que ella me miró. Su mirada tenía algo un poco sabio y un poco loco”.
___
Jake Coyle está en Twitter como http://twitter.com/jakecoyleAP