Un ataque con drones contra Moscú el martes puso de manifiesto las debilidades de su defensa antiaérea, así como la vulnerabilidad de la capital, en un momento en que más territorio ruso está bajo fuego en medio de expectativas de una contraofensiva ucraniana.
El ataque, que causó daños leves a tres edificios residenciales, enfureció a los belicistas rusos, quienes dirigieron duras críticas al presidente Vladímir Putin y la cúpula militar por su incapacidad de proteger el corazón del poder del Kremlin a más de 500 kilómetros (310 millas) del frente.
Cinco de los ocho drones que participaron en la incursión fueron derribados, según el Ministerio de Defensa, mientras que otros tres quedaron bloqueados y se vieron obligados a desviarse de su rumbo. Algunos medios de comunicación y blogueros rusos afirmaron que participó un número mayor de drones, pero esas afirmaciones no pudieron verificarse.
Un ataque con drones el 3 de mayo alcanzó y provocó daños leves en el techo del Kremlin donde se encuentra una de las residencias oficiales de la presidencia. Otros drones se han estrellado cerca de Moscú, en lo que las autoridades han calificado de intentos ucranianos fallidos de atacar la ciudad e instalaciones de infraestructura en los suburbios.
La semana pasada, la región rusa de Belgorod, cerca de la frontera con Ucrania, fue blanco de una de las incursiones transfronterizas más graves desde que comenzó la guerra. Dos grupos de extrema derecha proucranianos se declararon responsables. Funcionarios en la ciudad rusa de Krasnodar, cerca de la península de Crimea anexada por Rusia, dijeron que dos drones dañaron edificios residenciales el viernes. Los atentados también suscitaron llamamientos a reforzar las fronteras rusas.
Las autoridades ucranianas se alegraron por el ataque con drones del martes, pero evitaron reivindicar la autoría, una respuesta similar a la que dieron tras ataques anteriores en territorio ruso.
Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, dijo en un tuit sarcástico que “incluso la inteligencia artificial ya es más inteligente y previsora que la cúpula militar y política rusa”.
El ejército ruso atacó la capital ucraniana, Kiev, y otras ciudades con misiles de crucero y drones explosivos durante las tres últimas noches, lo que supone un aumento significativo de los ataques de este tipo que se lanzan regularmente desde octubre. El ejército ucraniano afirmó haber derribado la mayoría de los misiles y se mostró tímido a la hora de informar sobre los daños causados por los ataques.
Putin señaló que el ataque contra Moscú era un intento ucraniano de intimidar a sus residentes. Dijo que las defensas aéreas de Moscú funcionaron como se esperaba, pero admitió que proteger una ciudad tan grande es una tarea de enormes proporciones.
“Está claro lo que hay que hacer para reforzar las defensas aéreas, y lo haremos”, añadió.
Los observadores militares afirmaron que los drones utilizados en el ataque eran relativamente rudimentarios y baratos, pero podían tener un alcance de hasta 1.000 kilómetros (más de 620 millas). Predijeron que podrían seguir más.
Algunos de los drones vistos volando hacia Moscú eran UJ-22 de fabricación ucraniana, capaces de transportar explosivos; otros avistados en los cielos cercanos a Moscú eran vehículos igualmente pequeños.
Mark Cancian, asesor principal del Programa de Seguridad Internacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, señaló que parte de la razón por la que los drones podían llegar hasta Moscú sin ser detectados era que las defensas aéreas rusas se centran sobre todo en rechazar ataques con armas más sofisticadas.
“Están orientados a misiles, misiles balísticos, misiles regionales, aviones, bombarderos, pero no drones de corto alcance, ya sabes, que podrían estar volando muy bajo sobre el terreno”, dijo Cancian a The Associated Press. “La defensa aérea rusa simplemente no fue diseñada para hacer esto”.
Es probable que el ejército ruso aleje algunos de sus activos de defensa aérea de la línea del frente para ayudar a proteger a Moscú, dijo Cancian, una medida que debilitaría a las tropas rusas ante una contraofensiva ucraniana.
“Eso es bueno para los ucranianos en el sentido de que están retirando estos sistemas de otras áreas donde podrían ser utilizados tal vez desde unidades de primera línea”, comentó.
La débil respuesta del Kremlin al ataque irritó a algunos comentaristas y blogueros militares de Moscú, que habían criticado a los dirigentes rusos por no haber dado una respuesta más contundente.
Yevgeny Prigozhin, el propietario del contratista militar privado Grupo Wagner, que desempeña un papel clave en el campo de batalla en Ucrania, reprendió a los dirigentes militares rusos y los calificó de “escoria” y “cerdos” por no proteger a Moscú.
“Ustedes, el Ministerio de Defensa, no han hecho nada para lanzar una ofensiva”, afirmó Prigozhin en un comunicado difundido por su oficina. "¿Cómo se atreven a permitir que los drones lleguen a Moscú?”
Ramzan Kadyrov, el gobernante de la provincia rusa de Chechenia que envió fuerzas de la región a luchar en Ucrania, instó al Kremlin a declarar la ley marcial en todo el país y a utilizar todos sus recursos en Ucrania “para eliminar a esa banda terrorista”.
Algunos observadores del Kremlin señalaron que la tranquila reacción de Putin, que contrasta con las airadas declaraciones de personajes rusos intransigentes, refleja su convicción de que el público no se inquietará por el ataque.
“Putin ha hablado repetidamente de la notable paciencia y tenacidad del pueblo ruso”, dijo en un comentario Tatiana Stanovaya, de la Fundación Carnegie. “Por muy desafiante que sea otro ataque ucraniano, Putin no cree que pueda provocar el descontento público con el gobierno”.
Señaló que, aunque restar importancia a los ataques hace que las autoridades parezcan “avergonzadas e impotentes”, encaja en el planteamiento de Putin de alargar el conflicto.
James Nixey, director del programa sobre Rusia y Eurasia de Chatham House, dijo que el ataque del martes indicaba una creciente determinación ucraniana de lanzar ataques en el interior de Rusia y predijo que se producirían más.
“No es el primero ni el último”, declaró Nixey a la AP. “Los ucranianos están en varios aspectos mostrando su fuerza, viendo de lo que son capaces de hacer al contraatacar. Es una parte más del libro de jugadas ucraniano para asegurarse de que no sólo están jugando a la defensiva, sino que también pueden jugar algo a la ofensiva".
A pesar de los sonoros llamamientos a la venganza, el ejército ruso no puede hacer mucho más de lo que ha venido haciendo desde el inicio de la guerra, señaló Nixey.
“La realidad es que Rusia tiene límites en lo que puede hacer. Tiene límites en número de efectivos, límites en sus finanzas, límites en sus municiones de artillería, misiles, aviones no tripulados, todo”, dijo. “Ya están poniendo todo su esfuerzo, todo su dinero, todo su tesoro, toda su sangre si se quiere, en proseguir su guerra en Ucrania”.