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Cierra fundición estatal de cobre en Chile que contaminó por décadas una bahía

La Fundición Ventanas, de la empresa estatal Codelco, en su primer día de cierre en la bahía de Quintero en Puchuncavi, Chile, el miércoles 31 de mayo de 2023. El presidente chileno, Gabriel Boric, anunció en junio de 2022 el cierre gradual de la may AP (Esteban Felix/AP)

SANTIAGO (AP) — La estatal Fundición Ventanas de cobre cerró el miércoles, luego de contaminar por décadas con gases tóxicos a la bahía de Quintero y de convertirla, junto con otras 15 empresas, en una “zona de sacrificio” ambiental.

Hace ocho años las tres comunas de la bahía, Quintero, Puchuncaví y Concón, a 160 kilómetros al noroeste de la capital chilena, fueron declaradas zonas saturadas y latentes por materiales particulados finos, cuya aspiración se asocia a malestares y a enfermedades respiratorias, pero no son los únicos contaminantes de la localidad.

Durante una ceremonia formal realizada el miércoles en Puchuncaví, se mostraron imágenes de llamas del horno de la fundición que iban disminuyendo hasta apagarse: fue el cierre definitivo de la Fundición Ventanas, a 59 años de su creación. En el lugar seguirá funcionando la refinería de CODELCO.

La última intoxicación masiva en el área sucedió hace una semana y afectó a cerca de un centenar de estudiantes afectados por compuestos orgánicos volátiles. Se trató de hidrocarburos en estado gaseoso, se informó oficialmente. Hasta esta jornada sigue vigente una alerta ambiental.

Entre los gases que respiran los más de 50.000 habitantes de la bahía está el dióxido de azufre, un gas tóxico y corrosivo que al ser aspirado ocasiona irritación de nariz, ojos y garganta, arrojado desde Puchuncaví por la Fundición Ventanas, de propiedad de la estatal CODELCO, la mayor productora mundial de cobre, que en casi sesenta años fundió unos 18 millones de toneladas del mineral rojo, según cifras oficiales.

Más del 60% de las emisiones totales de dióxido de azufre en la zona provenían de la fundición estatal, afirmó el presidente Gabriel Boric al anunciar en junio del año pasado su cierre. La última alerta ambiental por este gas se dispuso en marzo pasado, cuando las emisiones superaron los máximos permitidos por un plan de preventivo y de descontaminación que rige desde 2019.

Durante una ceremonia formal realizada el miércoles en Puchuncaví, se mostraron imágenes de llamas del horno de la fundición que iban disminuyendo hasta apagarse: fue el cierre definitivo de la Fundición Ventanas, a 59 años de su creación. En el lugar seguirá funcionando la refinería de CODELCO.

Martías Asun, director de Greenpeace Chile, declaró a The Associated Press que el cierre de la fundición “es un paso muy importante” en una zona estigmatizada por la contaminación, pero “todavía falta ver qué hacemos con todo el cordón industrial que se generó en torno a la fundición”.

La empresa más antigua en la zona es el terminal petrolero de la estatal Empresa Nacional de Petróleo, de 1954. Le siguió 10 años después la fundición y refinería de CODELCO y luego llegaron termoeléctricas a vapor y carbón, distribuidoras de combustibles, de productos químicos y lubricantes, entre otras.

El enviado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Medio Ambiente, David Boyd, visitó la bahía durante la primera quincena de mayo: “Olí los vapores tóxicos de la industria en Ventanas y los sentí en mi garganta”.

“Chile debe responder a la crisis medioambiental implementando acciones urgentes para asegurar el acceso universal a agua limpia, aire limpio y ambientes no tóxicos para todos”, aseveró.

Los episodios contaminantes empezaron a disminuir notoriamente en 2019, año en que se reglaron las emisiones del cordón industrial. Datos oficiales del Ministerio del Medio Ambiente indican que Quintero pasó de tener 19 emergencias, 54 preemergencias y 91 alertas en 2015, a una emergencia y dos alertas el año pasado.

Una de las situaciones más graves de contaminación en la bahía se registró en agosto de 2018, cuando centenares de jóvenes mostraron síntomas de desvanecimiento, mareos, náuseas, dolores de cabeza y estómago. Se cerraron 31 colegios y 19 guarderías.

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