SANTIAGO (AP) — La muerte de cuatro bebés aquejados de un virus respiratorio desató una crisis política y sanitaria en Chile, ante la escasez de camas pediátricas de cuidados intensivos. El presidente Gabriel Boric hizo el viernes un llamado a evitar errores pero también pidió a su gabinete a respaldar a su cuestionada Ministra de Salud.
El virus sincitial, que afecta principalmente a los niños de meses o pocos años, adelantó su aparición este año en Chile y, en un hecho inusual, superó el doble de infectados en comparación con años anteriores en un país en que son insuficientes las camas pediátricas, según las autoridades.
La polémica por la enfermedad surgió tras conocerse la muerte el martes de una bebé de dos meses que esperaba ser trasladada a Arica, a 2.100 kilómetros al norte de la capital chilena, donde estaba la única cama de cuidados intensivos disponible en ese momento. Otros tres bebés han muerto esperando ser trasladados.
Las críticas contra el gobierno chileno se agudizaron por declaraciones de la ministra de Salud, Ximena Aguilera, que afirmó que la bebé estaba tan grave que “aunque hubiese habido una posibilidad de traslado” era difícil “que hubiera sobrevivido”.
Los cuestionamientos a sus palabras fueron transversales y desde la oposición solicitaron su renuncia. El diputado opositor Andrés Celis declaró que debe dar “un paso al costado”.
En reacción, el presidente Boric pidió el viernes a su gabinete que colaborara especialmente con Aguilera. Agregó que hay que duplicar esfuerzos y “dejar de lado cualquier excusa y evitar cualquier tipo de error”.
La oposición insistió en la petición de renuncia al subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos, al que acusan de una supuesta mala gestión de camas, según señalan en una misiva enviada al mandatario.