KIEV, Ucrania (AP) — El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo el sábado que se realizaban operaciones contraofensivas y defensivas contra las fuerzas rusas y que los comandantes mantenían una mentalidad “positiva” en el frente.
El mandatario ucraniano, en una conferencia de prensa en Kiev junto con el primer ministro canadiense Justin Trudeau, respondía a una pregunta acerca de la declaración del presidente ruso Vladimir Putin en la víspera de que la contraofensiva había comenzado y las fuerzas ucranianas sufrían “bajas significativas”.
Zelenskyy dijo que “la contraofensiva, acciones defensivas tienen lugar en Ucrania. No hablaré sobre la etapa o la fase en que se encuentran”.
“Estoy en contacto con los comandantes de distintas direcciones todos los días”, dijo, y nombró a los cinco jefes militares principales. “Todos son positivos. Díganselo a Putin”.
Trudeau, el primer mandatario extranjero que visita Ucrania desde las inundaciones devastadoras provocadas por la ruptura de una presa en el río Dniéper, ofreció ayuda monetaria, militar y moral. Prometió ayuda militar por valor de 500 millones de dólares, por encima de los 8.000 millones de dólares en ayuda ya proporcionados por Canadá desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, y 10 millones de dólares en ayuda humanitaria para los afectados por las inundaciones,
El derrumbe de la mina fue “consecuencia directa de la guerra rusa”, dijo, aunque sin culpar directamente a Moscú.
El Estado Mayor ucraniano dijo el sábado que se libraban “intensos combates”, con 34 choques desde el día anterior en el este industrial. No entró en detalles, pero dijo que las fuerzas rusas “se defienden y lanzan ataques aéreos y con artillería en las regiones sureñas de Zaporiyia y Jersón.
En la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, ocupada por las fuerzas rusas, cinco de los seis reactores se encontraban en estado de parada fría. Es es un mecanismo por el que todas las barras de control se introducen en el núcleo del reactor para frenar la reacción de fisión nuclear y la generación de calor y presión.
Energoatom, la agencia nuclear ucraniana, explicó en un comunicado el viernes en la noche que la central no está “amenazada de forma directa” por la rotura de la represa de Kajovka, más abajo en el río Dniéper, que obligó a miles de personas a huir de las inundaciones y redujo drásticamente el nivel del agua en el embalse empleado para ayudar a refrigerar la central.
El último reactor fue puesto en parada fría el jueves, indicó Energoatom, que apuntó que entre los factores que influyeron en la decisión estaban los bombardeos cerca de las instalaciones, que ha dañado el cableado que conecta la central con el sistema energético ucraniano.
Con todas las reacciones nucleares detenidas, la temperatura y la presión en el interior de los reactores disminuyen gradualmente, lo que reduce la intensidad necesaria de la refrigeración por agua del combustible radioactivo. Este es el modo de funcionamiento más seguro de una central nuclear. Los empleados de Energoatom siguen trabajando en la planta, aunque sigue controlada por las fuerzas rusas.
Las unidades de potencia del sitio no están operativas desde septiembre del año pasado. Está previsto que el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica, la agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas, visite Ucrania en los próximos días.
Tanto los analistas como Rusia dicen que Ucrania ha lanzado una contraofensiva en el sur con la que podría tratar de recuperar territorios próximos a la central.
También el sábado por la mañana, las autoridades ucranianas reportaron que al menos cuatro civiles fallecieron en todo el país en ataques rusos con drones Shahed de fabricación iraní, misiles, artillería y mortero.
El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania dijo que tres personas perdieron la vida y más de dos docenas más resultaron heridas en un ataque nocturno contra la ciudad portuaria de Odesa, en el Mar Negro. Entre los heridos había dos niños y una embarazada, indicó Natalia Humeniuk, vocera del mando operativo del sur de Ucrania.
En el noreste, un hombre de 29 años murió en un ataque con más de 10 drones sobre la región de Járkiv, informó su gobernador, Oleh Syniehubov, el sábado. Al menos tres civiles más resultaron heridos, agregó.
En Poltava, una provincia más al oeste, se registraron daños en un aeródromo militar alcanzado en otro ataque nocturno ruso con misiles y aviones no tripulados, indicó su gobernador, Dmytro Lunin, quien afirmó que no hubo heridos. Hasta el sábado por la mañana, ni el ejército ucraniano ni las autoridades realizaron más comentarios acerca del alcance de los daños.
La fuerza aérea ucraniana indicó que durante la noche derribó 20 de 35 drones Shahed, además de dos de los ocho misiles “de varios tipos” lanzados por las fuerzas rusas.
Los combates y las bajas civiles volvieron a acaparar la atención mientras las autoridades del sur de Ucrania reportaron un descenso en el nivel del agua situada por debajo de la presa derrumbada.
Casi un tercio de las zonas naturales protegidas de la provincia de Jersón podrían quedar devastadas por las inundaciones tras la rotura de la represa de Kajovka, advirtió el sábado el ministro ucraniano de Medio Ambiente.
En una publicación en Facebook, Ruslan Strilets dijo que el incidente dejó totalmente sumergido un parque nacional, secó ríos y lagos en otras zonas protegidas y podría provocar el aumento de las aguas subterráneas en partes del delta del Dniéper ocupadas por Moscú, lo que podría derivar en nuevas inundaciones.
En la ciudad de Jersón, cuyas afueras están entre las zonas azotadas por la crecida, el nivel medio del agua descendió 31 centímetros (12 pulgadas) durante la noche, pero seguía más de 4,5 metros (15 pies) por encima del nivel habitual, dijo el sábado el informó gobernador regional, Oleksandr Prokudin.
Según Prokudin, los meteorólogos prevén fuertes lluvias en la zona para el fin de semana, lo que complicaría las labores de rescate.
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Jon Gambrell en Kiev, Joanna Kozlowska en Londres y Frank Jordans en Berlín contribuyeron a este despaco