SEÚL, Corea del Sur (AP) — Kim Yo Jong, la influyente hermana del mandatario norcoreano Kim Jong Un, aseguró que aviones de combate de su país repelieron el lunes una aeronave espía estadounidense que volaba sobre aguas cercanas, y advirtió de “rotundas” consecuencias si Estados Unidos continúa con su reconocimiento en la zona.
Washington y Seúl rechazaron las acusaciones de Corea del Norte e hicieron un llamado a abstenerse de cualquier acción o retórica que intensifique la animosidad.
De momento se desconoce si Corea del Norte acatará el llamado. El país ha hecho numerosas amenazas similares sobre supuestas actividades de reconocimiento de Estados Unidos, pero su declaración más reciente llega en medio de una agudización de las tensiones debido a una serie de lanzamientos de prueba de misiles norcoreanos en lo que va del año.
Kim Yo Jong, una de las principales funcionarias de su hermano en política exterior, alegó que el avión espía estadounidense realizó ocho incursiones el lunes a la zona económica exclusiva en el este de Corea del Norte. En un comunicado difundido por los medios de comunicación estatales, aseguró que Pyongyang desplegó aviones de combate para ahuyentar a la aeronave estadounidense.
“Sería inevitable la ocurrencia de un incidente de fuerte impacto en el espacio aéreo sobre las aguas económicas polémicas de 20-40 km que los aviones espías norteamericanos suelen infiltrarse por encima de la línea de demarcación militar marítima de nuestra parte”, dijo Kim Yo Jong.
Horas antes el lunes, el Ministerio de Defensa de Corea del Norte acusó a Estados Unidos de llevar a cabo un vuelo estratégico de reconocimiento sobre su espacio aéreo en varias ocasiones, y advirtió que la aeronave podría ser derribada.
Aunque el comunicado de la dependencia parecía insinuar una intrusión al espacio aéreo territorial norcoreano, Kim Yo Jong acusó a Washington de llevar a cabo un reconocimiento aéreo sobre la zona económica exclusiva del país, una área de 200 millas náuticas a partir de sus costas en la que controla los derechos a los recursos naturales.
Sabrina Singh, secretaria de prensa adjunta del Pentágono, se refirió a los señalamientos norcoreanos de violaciones al espacio aéreo como “simples acusaciones”.
“Como siempre, Estados Unidos sigue comprometido a volar, navegar y operar de manera segura y responsable en cualquier lugar que lo permita el derecho internacional y en colaboración con nuestros aliados y socios”, declaró Singh.
Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo que Washington exhorta a Corea del Norte a abstenerse de “acciones escalatorias” y a participar en conversaciones diplomáticas serias.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur negó que Estados Unidos haya enviado un avión espía hacia territorio norcoreano. El portavoz Lee Sung Joon dijo en una reunión con la prensa que Washington llevaba a cabo actividades estándar de reconocimiento en coordinación con las fuerzas armadas surcoreanas.
Horas más tarde el lunes, el Estado Mayor Conjunto surcoreano emitió un segundo comunicado en el que insta enérgicamente a Corea del Norte a ponerle fin a la retórica que intensifica las tensiones sobre “vuelos normales realizados por la alianza de Corea del Sur y Estados Unidos sobre aguas abiertas”.
El martes en la madrugada, Kim Yo Jong difundió otro comunicado en el que reafirmó que las cada vez más intensas actividades de reconocimiento de Estados Unidos invadían la soberanía de Corea del Norte y que las fuerzas estadounidenses “experimentarán una navegación muy peligrosa” si continúan con sus intrusiones ilegales.
Las tensiones en la península de Corea se agudizaron hace unos meses a medida que se intensificó el ritmo de las pruebas armamentísticas norcoreanas y de los ejercicios militares conjuntos entre Washington y Seúl. Corea del Norte ha realizado casi 100 lanzamientos de prueba de misiles desde 2022, parte de las medidas de Kim Jong Un para ampliar un arsenal nuclear que aparentemente considera su mejor garantía de supervivencia.
Estados Unidos tiene aproximadamente 28.500 soldados emplazados en Corea del Sur como elemento de disuasión ante una posible agresión norcoreana.