Hannibal Lecter, el personaje ficticio de la película “El silencio de los inocentes”, pasó a la historia como el caníbal más conocido en la cultura popular, quien tras su profesión de doctor ocultaba una faceta en la que le gustaba comer la carne humana de sus víctimas; aunque el caso pudiera parecer pura ficción, a lo largo de los años han existido historias que llevan estas prácticas a la realidad, como una pareja rusa que se dedicaba hasta a vender la carne humana en restaurantes.
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Se trata de Dimitry y Natalia Baksheyév, quienes más allá del amor que se guardaban, durante más de 20 años cometieron atroces asesinatos, pero no solo eso, sino que se comían a sus víctimas, cocinaban pasteles con su carne e incluso la comercializaban a restaurantes que lograban “caer” en sus engaños y así evitar las certificaciones correspondientes.
La pareja amorosa rusa se habría conocido a inicios de los años dos mil, de acuerdo con las investigaciones de las autoridades de Rusia, después de diversos problemas en la vida personal de ambos: ella sufrió una ruptura amorosa y perdió su trabajo como enfermera en el Colegio Superior Militar de Aviación de Krasnodar por su alcoholismo; él tenía un historial criminal por robo y se dedicaba a la restauración de departamentos.
Por la situación económica, sus propios desequilibrios y lo que calificaban en su entorno cercano como una pareja “anormal”, comenzaron a “cazar” personas, asesinarlas y a vender los pasteles de carne, sobre los que incluso despertaron las dudas de sus vecinos.
Uno de los únicos lugares que se atrevió a comprarle la carne humana fue la antigua base militar en la que había trabajado y posteriormente otros restaurantes de Krasnodar le habrían comprado a la pareja Dimitry y Natalia Baksheyév.
Una de sus últimas víctimas habría sido una mujer contactada a través de una aplicación de citas, aunque lo que los llevó a ser capturados en el año 2017 fue la pérdida de su teléfono celular de Dimitry, en el cual se encontraban una serie de fotos de los restos de sus víctimas y se reportó el caso a las autoridades.
Al llegar a su domicilio, la policía encontró bolsas con partes de cuerpos humanos y restos en latas de conserva que guardaban en el refrigerador, por lo que ambos fueron detenidos y sentenciados a prisión.
Los crímenes comenzaron desde 1999 y habrían asesinado y comido a al menos 30 personas, en su mayoría mujeres.
- Con información de Daily Mail y El Tiempo