MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El combinado germano, número dos del ranking mundial, es sin duda una de las grandes potencias del fútbol femenino, aunque lleva una década sin saborear un gran título a nivel absoluto y no ha logrado brillar en las últimas ediciones de la Copa del Mundo.
Dominadora entre el final de la primera década de este siglo, cuando encadenó los títulos mundiales de 2003 y 2007, Alemania, presente en todas las ediciones, sólo ha podido estar una vez más, en 2015, entre las cuatro semifinalistas, finalizando cuarta, mientras que hace cuatro años en Francia, al igual que en 2011, cayó en los cuartos de final ante Suecia. En 2013, levantó su último gran trofeo, el de su octava Eurocopa, sexta consecutiva, aunque en 2016 fue campeona olímpica.
Las alemanas estuvieron cerca de acabar con esa espera el verano pasado en la EURO de Inglaterra, donde pese a no mostrar su mejor nivel, dejaron clara su capacidad de competir y no perdonar los fallos de los rivales. Sólo la anfitriona, y tras una prórroga, pudo batirlas. Ahora, quieren resarcirse en un Mundial donde vuelven a estar una vez más en la terna de candidatas.
Además, la selección que dirige Martina Voss-Tecklenburg, al contrario que en la pasada Eurocopa donde estuvo lastrada por lesiones y casos de coronavirus, podrá tener en esta ocasión a sus mejores jugadoras, lo que la debe hacer más peligrosa en un año donde el Wolfsburgo estuvo a punto de coronarse campeón de Europa, víctima finalmente de la remontada mágica del FC Barcelona. Un equipo de poderío físico y calidad, que reúne veteranas como la capitana Alexandra Popp, Ann-Katrin Berger o Lina Magull con nuevos valores como Lena Oberdorf y Jule Brand.
Alemania parte como clara favorita en un grupo donde el resto de selecciones parece que batallarán arduamente por el segundo billete a los octavos de final. Por ranking mundial, la 17, y más experiencia, la mejor colocada es Corea del Sur, que afronta su cuarto Mundial, tercero consecutivo, con el objetivo de volver a estar en los cruces.
La actual subcampeona asiática sólo alcanzó los octavos de final en 2015, mientras que en su última participación no superó la fase de grupos tras perder sus tres partidos ante Francia, Noruega y Nigeria y marcando tan sólo un gol. El equipo que dirige Colin Bell está conformado prácticamente por jugadores que juegan en el país destaca la centrocampista Ji So-yun, que ha vuelto a Corea tras jugar ocho años en el Chelsea inglés.
Colombia también aspira a estar en los octavos de final, la ronda que alcanzó en 2015, en su segunda participación tras la de 2011 y que es el mejor resultado para un combinado que no estuvo en Francia 2019, pero que llega avalado por su condición de actual subcampeona de Sudamérica y como segundo mejor de la CONMEBOL, en el puesto 25 del ranking FIFA.
El fútbol colombiano quiere crecer y una buena muestra es el subcampeonato mundial Sub-17 del año pasado, con derrota por la mínima ante España y con un equipo donde sobresalía ya la joven Linda Caicedo. La futbolista de 18 años, que recaló este 2023 en el Real Madrid, es una de los grandes talentos del futuro y será la gran referencia del equipo de Nelson Abadía, que también tiene sus filas a Leicy Santos, jugadora del Atlético de Madrid, y a Mayra Ramírez, delantera del Levante que ha brillado en la pasada campaña.
Finalmente, Marruecos, la 72 del mundo, tratará de contrarrestar su mayor inexperiencia internacional y dar la sorpresa como hizo el combinado masculino en el Mundial de Catar. Debutante en una Copa del Mundo y primera selección árabe en participar en el torneo, el equipo que dirige Reynald Pedros, que llevó al Olympique de Lyon a la conquista de la Liga de Campeones en 2018, parte como teórica 'cenicienta', pero querrá mostrar su talento con jugadoras como Imane Saoud, Fatima Tagnaout o Ghizlane Chebbak.