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Escape de soldado de EEUU hacia Norcorea deja perpleja a su familia

Myron Gates, tío del soldado estadounidense Travis King que cruzo corriendo de Corea del Sur hacia Corea del Norte en la frontera entre ambos países, conversa sobre su sobrino en Kenosha, Wisconsin, el miércoles 1 de julio de 2023. (AP Foto/Morry Gash) AP (Morry Gash/AP)

KENOSHA, Wisconsin, EE.UU. (AP) — La familia del soldado raso del Ejército de Estados Unidos que cruzó corriendo la frontera hacia Corea del Norte dijo el miércoles que pudo haberse sentido abrumado por los problemas legales que enfrentaba y su posible baja de las fuerzas armadas.

Sus familiares describieron a Travis King, de 23 años, como una persona solitaria y tranquila, que no bebía ni fumaba y le gustaba leer la Biblia. Después de crecer en el sureste de Wisconsin, le emocionaba servir a su país en Corea del Sur. Ahora, su familia tiene problemas para entender qué fue lo que cambió antes de que huyera hacia un país con un largo historial de mantener a estadounidenses cautivos y utilizarlos como monedas de cambio.

“No me lo imagino haciendo eso intencionalmente en su sano juicio", dijo el abuelo materno de King, Carl Gates, en una entrevista con The Associated Press desde su casa en Kenosha, Wisconsin. “Travis es un buen chico. No haría nada para lastimar a nadie. Y no me lo imagino tratando de lastimarse a sí mismo".

El regreso de King a Estados Unidos estaba previsto para esta semana para enfrentar disciplina militar luego de permanecer dos meses recluido en una prisión en Corea del Sur por cargos de agresión. Pero en lugar de tomar un avión el lunes con destino a Texas, tal como estaba planeado, King se escabulló y disimuladamente se sumó la mañana del martes a un grupo de turistas civiles que se dirigían a la zona desmilitarizada que separa a Corea del Norte de Corea del Sur.

Incluso con sus problemas legales, los familiares de King dijeron que no se pueden explicar su conducta.

Myron Gates, tío de King, se preguntó si su sobrino experimentaba algún problema mental.

“No comprendo por qué hizo lo que hizo porque parecía que venía de regreso a Estados Unidos”, declaró Myron Gates. “Venía de camino a casa”.

Otro familiar señaló que King estaba abatido por la reciente pérdida de un primo. Lakeia Nard dijo que King tenía un fuerte vínculo con su hijo, King’nazier Gates, de 7 años, quien falleció en febrero a causa de una extraña enfermedad genética.

Carl Gates dijo que su nieto se enroló en el ejército hace tres años impulsado por su deseo de servir a su patria y porque “quería superarse”. Tiene un hermano mayor que es policía y un primo que está en la Marina.

King era explorador de caballería en la Primera División Blindada.

“Es un chico tranquilo y agradable”, afirmó Carl Gates. “No molesta a nadie. No se mete con nadie”.

King enfrentaba la posibilidad de ser dado de baja del ejército porque fue condenado de un delito en el extranjero, según un funcionario estadounidense que habló bajo condición de anonimato por tratarse de un asunto delicado.

En febrero, una corte multó a King con 5 millones de wons (3.950 dólares) después de ser condenado por agredir a una persona no identificada y causar daños a un vehículo policial en octubre en Seúl, según la transcripción del veredicto a la que la AP tuvo acceso.

Según el fallo, King también fue acusado de golpear a un hombre de 23 años en un centro nocturno de Seúl, aunque la corte desestimó la acusación porque la víctima no quería que el soldado fuera castigado. King pasó 47 días en prisión.

Según el funcionario estadounidense, dos militares escoltaron a King al aeropuerto el lunes. Se supone que debía tomar un avión de American Airlines con destino a Texas que despegaría a las 5:40 de la tarde. A su llegada, lo recibiría personal militar que lo conduciría a Fort Bliss.

Cuando lo llevaban a que tomara su vuelo, King fue acompañado hasta la aduana, pero se salió del aeropuerto antes de subir al avión. Se desconoce qué hizo antes de sumarse al grupo turístico que iría a la aldea fronteriza de Panmunjom, donde cruzó la frontera corriendo a toda velocidad el martes en la tarde.

Sarah Leslie, una turista neozelandesa, dijo que King se encontraba en su grupo de visitantes y viajaba solo. Inicialmente se comportó como cualquier otro turista y compró una gorra de la zona desmilitarizada en una tienda de recuerdos. Vestía de manera informal con pantalones de mezclilla y una camiseta.

Cuando el recorrido estaba por concluir, los miembros del grupo tomaban fotografías en los alrededores. Fue en ese momento cuando Leslie vio a King “correr muy rápido”.

“En un principio creí que algún amigo de él lo estaba grabando para uno de esos videos tontos o arriesgados, como un TikTok, lo más estúpido que podrías hacer”, declaró Leslie. “Pero después escuche a uno de los soldados gritar: ‘Atrápenlo”.

Antes de que los soldados pudieran detenerlo, King ya había cruzado la frontera. Todo sucedió en cuestión de segundos.

Las autoridades estadounidenses no han dicho mucho sobre los motivos de King.

“Todavía seguimos reuniendo los hechos”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que el gobierno intentaba averiguar dónde tenían detenido a King, su estado de salud y los motivos para cruzar hacia Corea del Norte. Dijo que el gobierno trabajará para garantizar que regrese a salvo con su familia.

La madre de King, Claudine Gates, dijo a la prensa reunida fuera de su casa en Racine, Wisconsin, que lo único que le importa es que su hijo regrese a casa.

“Sólo quiero de vuelta a mi hijo”, dijo en un video publicado por la televisora WISN. “Traigan a mi hijo a casa”.

El abuelo de King pidió a su país que ayude a rescatar a su nieto.

“Somos Estados Unidos. Hacemos que las cosas sucedan. Si logran sacarlo de allá, lo agradeceremos como familia”, dijo Carl Gates. “Salven a mi nieto".

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Bauer informó desde Madison, Wisconsin. Los periodistas de The Associated Press Hyung-Jin Kim y Kim Tong-Hung, en Seúl, Corea del Sur; Darlene Superville, Tara Copp y Lolita C. Baldor, en Washington; Nick Perry, en Wellington, Nueva Zelanda; Todd Richmond, en Madison, Wisconsin; y Rhonda Shafner, en Nueva York, contribuyeron a este despacho.

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