NUEVA YORK (AP) — En 2022 se registró el primer caso confirmado de virus de la encefalitis que se produjo en el Reino Unido.
Comenzó con un paseo en bicicleta.
Un hombre de 50 años paseaba en bicicleta por los brezales del norte de Yorkshire, un parque nacional de Inglaterra conocido por sus extensos bosques y brezo morado. En algún momento, al menos una garrapata de patas negras penetró bajo su piel. Cinco días después, empezó a exhibir síntomas habitualmente asociados con una enfermedad viral: fatiga, dolor muscular y fiebre.
Empezó a mejorar, pero a la semana empezó a perder coordinación. Una resonancia magnética reveló que padecía encefalitis, una inflamación del cerebro. Era encefalitis transmitida por garrapata (TBE), una enfermedad que puede ser fatal y que, según los expertos, se está extendiendo a nuevas regiones debido en gran medida al cambio climático.
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NOTA DEL EDITOR: Este despacho es parte de una colaboración entre The Associated Press y Grist que explora la intersección del cambio climático y las enfermedades infecciosas.
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En los últimos 30 años, la temperatura promedio del Reino Unido ha aumentado en 1 grado Celsius (1,8 Fahrenheit) comparada con la norma histórica. Varios estudios han demostrado que las enfermedades transmitidas por la garrapata se vuelven más frecuentes debido al cambio climático. La TBE en particular, que es más grave que otras enfermedades transmitidas por garrapata como la borreliosis de Lyme, preocupa a las autoridades de salud pública debido a la rapidez con que ha saltado de un país a otro.
Gábor Földvári, experto del Centro de Investigación Ecológica de Hungría, dijo los efectos del cambio climático sobre la TBE son inconfundibles.
“Es un problema bastante común que no existía hace 20 o 30 años”, acotó.
La garrapata no puede vivir más de un par de días en temperaturas bajo cero, pero puede perdurar mientras la temperatura y la humedad sean lo suficientemente altas. A medida que aumenta la temperatura promedio de la Tierra y los inviernos se vuelven más moderados, las garrapatas se vuelven activas meses antes. El cambio climático las afecta en cada etapa de su ciclo vital —huevo, larva de seis patas, ninfa de ocho patas y adulta— al extender el tiempo en que se alimentan activamente de seres humanos y animales. Basta una fracción de grado de calentamiento para que las garrapatas tengan crías y transmitan enfermedades.