La ejecución planeada de un hombre de Missouri de 45 años con esquizofrenia se retomó después que una corte de apelaciones dio marcha atrás el sábado.
Está programado que Johnny Johnson reciba una inyección letal el martes en la prisión estatal de Bonne Terre por matar a Casey Williamson, de 6 años, después de agredirla sexualmente en 2002.
Con interrogantes sobre su capacidad mental, la ejecución fue suspendida el martes pasado por un panel dividido de tres jueces en la Corte Federal del 8vo Circuito. Sin embargo, luego que la fiscalía de Missouri pidiera a la corte completa reconsiderar la decisión, esta fue revertida en un fallo de 7-3.
Es probable que el caso termine ante la Corte Suprema de Estados Unidos antes de la fecha de ejecución.
Los abogados de Johnson han afirmado que su esquizofrenia no le permite comprender el vínculo entre su crimen y el castigo. También han dicho que Johnson sufre delirios en los que el diablo aprovecha su muerte para provocar el fin del mundo.
En junio, la Corte Suprema de Missouri se negó a suspender la ejecución con base en el argumento de su salud mental. La fiscalía desafió la credibilidad de las evaluaciones psiquiátricas realizadas a Johnson y sostuvo que los registros médicos indican que él es capaz de atender su enfermedad mental con medicamentos.
Johnson convenció a la niña a ir a una fábrica de vidrio abandonada, incluso cargándola sobre los hombros mientras caminaban al sitio en ruinas. Cuando intentó agredirla sexualmente, Casey gritó y trató de liberarse. La mató con ladrillos y rocas, luego se limpió en el río Meramec. Johnson confesó el crimen.
La desaparición de Casey desató una búsqueda frenética en que participaron rescatistas y voluntarios. Su cadáver fue hallado en un hoyo a menos de 1,6 kilómetros (una milla) de su casa, enterrado bajo rocas y escombros.
Será la cuarta ejecución del año en Missouri.